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La historia del primer peso mexicano por orden de Maximiliano de Habsburgo

Fotos: Banxico

Los primeros pesos mexicanos hacen referencia al "¿águila o sol?” que se utiliza para los volados.

 

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En la época prehispánica, el cacao sirvió para hacer intercambios comerciales en toda Mesoamérica y todavía durante los primeros años del Virreinato, al grado de que establecerse diferentes equivalencias de esta mercancía en reales de plata. El cacao llegó a ser falsificado debido a su importancia económica y comercial.

Pero fue durante la conquista que se creó la moneda virreinal y con ello la Casa de Moneda de México que comenzó sus labores en 1536 por órdenes de los Reyes de España. Durante tres siglos, se acuñaron monedas coloniales: primero, del tipo Carlos y Juana y más tarde, macuquinas, así se le conoció al tipo de moneda acuñada toscamente en forma manual y a golpes de martillo, método ampliamente utilizado desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII.

 

 

Fue hasta 1823 que se establecieron las características de las monedas de la República Mexicana. Estas monedas llevaban en un lado el escudo nacional y, en el otro, un gorro frigio con resplandores solares. La pregunta “¿águila o sol?” al lanzar una moneda al aire, hace referencia a estas piezas.

Los primeros pesos fueron decretados por Ignacio Comonfort en 1857 quien adoptó del sistema decimal para la moneda mexicana. Benito Juárez ratificó esta decisión en 1861 y Maximiliano de Habsburgo ordenó la acuñación de los primeros pesos mexicanos en 1865, efectuándose un año después.

 

 

De hecho, la emisión del peso fue una de las primeras acciones que tomó Maximiliano, quien fue proclamado emperador de 1864 a 1867, a propuesta del gobernante de Francia, Napoleón III. Según la revista Popular Science, el peso mexicano fue la primera moneda del mundo en utilizar el símbolo de $, incluso antes del dólar estadounidense.

Las monedas de Maximiliano de Habsburgo destacaron por su tallado, que era considerado como bello. En la moneda se veía el perfil del emperador en el anverso, acompañado por la leyenda MAXIMILIANO EMPERADOR.

 

En el reverso de la moneda, se puede ver el escudo imperial, la leyenda IMPERIO MEXICANO, la denominación y el año. El diseño de estas monedas, acuñadas en plata de 10 y 5 centavos, y las de cobre de un centavo, corrió a cuenta de Sebastián Navalón, Cayetano Ocampo, así como Antonio Spíritu, señala Banxico.

La plata acuñada en moneda era el primer producto de exportación del país, pero no se usaron para mejorar la planta productiva, sino para pagar intereses de la deuda externa. A finales del mandato de Comonfort, se hizo un intento por modificar el sistema monetario para adoptar el sistema decimal, lo que se ordenó por decreto en 1857, pero no se logró su aplicación después de que ese mismo año concluyó su gobierno por un autogolpe de Estado.

 

 

Con la llegada de Juárez, y ante la suspensión del pago de la deuda externa, Napoleón III encontró el pretexto perfecto para la Intervención Francesa, aprovechando el apoyo de grupos conservadores mexicanos e imponiendo al archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo frente al gobierno mexicano.

Con la caída del Segundo Imperio Mexicano, con la restauración de la República bajo el mando de Juárez, se continuaron acuñando pesos de oro en denominaciones de 20, 10, 5, 2.5 y 1 peso. También durante su gobierno se acuñaron monedas de plata de 1 peso, 50, 25, 20, 10 y 5 centavos.

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