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Existen pocos personajes más trágicos y fascinantes en la historia de nuestro país que Antonieta Rivas Mercado. Escritora, bailarina, actriz, pianista, promotora de la cultura (y conocida amante de José Vasconcelos), esta mujer trabajó durante toda su vida para difundir y fomentar la cultura y las artes en México, una tarea que heredó de su padre, Antonio Rivas Mercado —cuya obra arquitectónica más importante fue nuestro mítico Ángel de la Independencia—, una labor que la llevó a codearse con los grandes intelectuales de su época, como Gilberto Owen, Xavier Villaurrutia y el grupo de artistas y pensadores entonces conocido como Los contemporáneos.
La casa del arquitecto Rivas Mercado, uno de los preferidos de Porfirio Díaz, fue construida en 1898 en la calle Héroes de la colonia Guerrero, en el centro de la ciudad; esta mansión (hoy catalogada por el INBA) fue habitada por su hija y habría de ser olvidada y abandonada a partir del sismo de 1985, hasta hace unos años. El inmueble de 1,590 m2 y tres pisos de altura, alguna vez fue escenario de una parte de la vida intelectual de nuestra ciudad y ahora está por fin restaurada.
El arquitecto restaurador Gabriel Mérigo fue el encargado de las obras de restauración que iniciaron en el año 2008. El primer paso fue reestructurar y rehabilitar la casa desde sus cimientos, que habían sido dañados durante el terremoto de 1985; muros de carga cuarteados y una pronunciada inclinación eran los más apremiantes problemas.
Tras su reciente restauración, la alguna vez vistosa mansión será convertida, gracias a una inversión millonaria, en un museo de sitio que contará la historia del arquitecto Rivas Mercado y su hija, dos personajes sumamente relevantes en la historia de nuestra ciudad.
La restauración de la casa que alguna vez albergó a una de las mujeres más fascinantes y misteriosas de la historia intelectual mexicana implicó muchos retos, como la conservación conservar de sus tres plantas y algunos detalles como sus 50 mil tipos de mosaicos encáusticos y pisos ingleses, además de sus acabados que respondían al estilo clásico de la época pero que también integraban elementos de culturas clásicas antiguas de Mesoamérica.
La recuperación de esta casa y su futuro prometedor no pueden sino llenarnos de curiosidad, se trata de uno de los inmuebles más bellos de la Ciudad de México, uno que pronto estará abierto al público…
Conoce parte de ellos este domingo 22 de enero con un paseo histórico en Casa Rivas Mercado y la colonia Guerrero. Se trata de una visita guiada en la que expertos te contarán sobre los personajes famosos que vivieron en la zona y mucho más.
Una de las mejores maneras de conocer la CDMX es caminando. Cada cierto tiempo se organizan paseos históricos por algunas colonias y rincones interesantes. En esta ocasión toca explorar la colonia Guerrero.
Este paseo histórico, llamado “A la sombra del Ángel” incluye una parada en la Casa Rivas Mercado. La visita a este lugar durará aproximadamente 40 minutos, así que procura ir con tiempo.
Cabe mencionar que esta casa fue diseñada y habitada por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, a quien también se le atribuyen obras como la columna del Ángel de la Independencia; por lo que en el recorrido te encontrarás con mucha historia de la CDMX.
Es importante aclarar que el paseo y la visita guiada son gratuitos; sin embargo, el acceso a la Casa Rivas Mercado tendrá un costo de $40 por persona. El recorrido completo por la casa y la colonia Guerrero iniciará a las 10:45 horas de este domingo 22 de enero. No tienes que hacer registro previo. El único requisito es acudir puntualmente a la cita.
El punto de encuentro será la Plaza de San Fernando, entre avenida Hidalgo y Eje Guerrero, colonia Guerrero. Estos paseos son organizados por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
Dónde: Plaza San Fernando, Calle Heroes 53, Guerrero, Ciudad de México
Cuándo: Domingo 22 de enero. 10:45am
Foto destacada: Lecaroz
Hoy conocemos muchas formas del delicioso pan de muerto. Además, existen muchas variedades con sus sabores peculiares en todo el territorio. Se dice que una de las primeras versiones fue el creado en la época prehispánica y se llamaba “papalotlaxcalli” o pan de mariposa que se hacía exclusivamente para una ceremonia; era muy similar a una tortilla gruesa con la impresión de una mariposa en la masa aún cruda para dejar un “sello”.
También se dice que la ofrenda más semejante a la que conocemos hoy en día, es la de la diosa Cihuapipiltin, dedicada a las mujeres que morían del primer parto. Se cree que rondaban por el aire causando enfermedades entre los niños, por ello les hacían regalos en el templo o en las encrucijadas del camino.
Las ofrendas consistían en colocar pan de diversas figuras como mariposas o rayos (xonicuille) hechos a base de amaranto y pan de maíz seco y tostado. Sahagún describe un pan llamado yotlaxcalli, aunque también se colocaba tamales (xucuientlamatzoalli) y maíz tostado llamado Izquitil, casi toda la ofrenda era de amaranto porque lo consideraban un alimento especial.
Y bueno, a toda esta diversidad de pan con sus estilos y formas en el pasado prehispánico, hay qué sumar las variedades que evolucionaron con la llegada de los españoles, la mezcla y la creación con nuevas técnicas. Hoy en día, con la industrialización, es posible tener muchas formas de pan de muerto y sabemos que en todo el país existen versiones regionales del pan de muerto.
Es por eso que aquí te daremos un recorrido por algunas de las variedades de pan de muerto que se hacen en todo el país.
El Pan de muerto tradicional es redondo, adornado con su canilla de la misma masa, espolvoreado con azúcar blanca; en algunas versiones se pone azúcar rosa que recuerda el uso ceremonial del color rojo en la época prehispánica, pero todos representan una tumba con un cráneo y varias canillas entrecruzadas que simulan los huesos, sustituyó al Zompantli.
Las “despeinadas” son pequeñas roscas de azúcar, ajonjolí y granillo. Es un pan estilizado bordado con la misma masa y una cruz en el centro. Los panes en forma de mariposa, ya que se creía que, al morir, las niñas se convertían en mariposas.
En el Edoméx se hacen las Muertes; un pan hecho de yema de huevo con canela, también se produce pan blanco como el triconio y el pan sobado, que es una mezcla de masa blanca y masa dulce. Se realizan las gorditas de maíz quebrado, los tlaxcales, que están hechos de maíz fresco en forma de triángulo.
En las ofrendas (huentli) se colocan panes llamados camarones, tortas y amargosas, también hay muñecos y pan de figura, adornados con azúcar color solferino. En la región de Tixtla se elaboran panes conocidos como almas con azúcar, burros con azúcar rosa, conejos y patas de mula, pan bordado. De Chilocachapa, proceden los tlaxcales hechos de maíz en forma de triángulo. En Telolapan, se preparan figuras zoomorfas de peces, perros, mariposas que son dedicadas a las niñas, alacranes, conejos, etc.
Las Almas son de Acámbaro, es un tipo de pan que representa a los adultos son glaseados blancos y al centro un punto de azúcar rosa, y los niños son todos blancos. También se suelen hacer con forma de conejo, mula, borregos y pan de canela.
Las Moriscas son un pan de muerto que se hace con harina, canela, huevo y pulque. Aunque particularmente en Xochicoatlán, se hacen los “bodoques”, es un pan que se regala a las personas que asistían al novenario. En la región huasteca se produce en estas fechas el pan conocido como “peluca”, pan que solía repartirse en los velorios y puesto en las ofrendas de muertos; pan hecho de harina de trigo en hornos calabaceros, es similar a los pambazos, con una bolita de masa el extremo que asemejaba a los chongos o molotes que se hacían en las pelucas antiguas.
En el Xantolo se elabora un pan que recibe el nombre de frutas de horno e incluso el nombre del difunto, con dichos o cantos populares, cocolitos, rosquillas aplanadas, muñecas para las ofrendas femeninas, muñequitas para los hombres “de dudosa personalidad”, angelitos para los niños y para los jóvenes que mueren antes de contraer nupcias, caballos grandes para los hombres mayores y pequeñitos para los niños.
En el Mezquital el pan de muerto es una figura en forma de cuerpo humano completo o cabecitas, manos, huesos y hasta pezuñas de animales. son panes con forma humana con los bracitos cruzados, caritas de pasta pintada de colores vivos. Panes de sal y dulce sobrios con su ajonjolí espolvoreado o adornados con fondant multicolor.
El Pan de ofrenda se hace con harina de trigo, levadura de soya, azúcar y sal. Es un tipo de pan que se caracteriza por sus formas y porque en la mayoría de las veces se cuece en hornos de leña, con adobe y teja, lo que le da un sabor diferente.
Hay pan con figuras humanas, virgenes y campesino. También se hace pan con forma de personajes mitológicos, y de almas de los difuntos, también calaveras y ángeles.
Las regañadas son un tipo de pan de pasta hojaldrada que se utilizan en las ofrendas y que representan las “animas” de personas o animales. En la región de Tlacolula, se elaboran con forma de conejos, y hasta de payasos, pero no es tradición de Día de Muertos.
Hoy en día es posible encontrar una gran variedad de modificaciones y año con año surgen nuevas variedades de pan de muerto e incluso suele rellenarse de chocolate, nata, crema pastelera, queso o fruta, que además se adornan con otros ingredientes.
Foto destacada: Irving Joaquín
El otoño es una de las estaciones más queridas y esperadas, ya que todo el país celebra una de las tradiciones más emotivas del año, el Día de Muertos; pero además porque todo se llena de un hermoso calor y porque podremos visitar el primer Festival Gastronómico y Cultural Cempasúchil.
Este festival de Día de Muertos formará parte de esta fecha especial para todos nosotros, y albergará platillos que son parte fundamental de nuestra cultura y que buscarán honrar las tradiciones mexicanas que nos han dado identidad.
Además de reunir a toda la familia, en el festival habrá diversas actividades para todas las edades. No faltarán los altares de muertos, una ofrenda monumental en la que los asistentes pueden participar colocando elementos de sus seres queridos que ya fallecieron o el platillo que más les gustaba.
Además, se llevará a cabo un desfile de calaveras y un concurso de disfraces, en donde los asistentes podrán aprender sobre maquillaje artístico y se caracterizarán para la ocasión.
Asimismo, estará el Pabellón del Pan de Muerto, un espacio en el que 20 reposteros ofrecerán a los asistentes sus propias creaciones sobre este delicioso manjar. Además de pan de muerto, estarán disponibles muchos platillos tradicionales de nuestra gastronomía mexicana.
Para los amantes del arte se exhibirán piezas y artesanías elaboradas por mexicanos que están precisamente inspiradas en el Día de Muertos. Por supuesto, muchas leyendas, que podrás conocer en el gran recorrido cultural que tendrá esta festividad.
Por supuesto, no puede faltar la música en vivo, aunque todavía no se ha revelado quienes amenizarán el evento, adelantaron que habrá varias presentaciones musicales, además de espectáculos teatrales, los cuales también tendrán un enfoque en la festividad del Día de Muertos.
¡Ojo! El festival regalará dos mil panes de muerto a las primeras personas que lleguen.
Dónde: Explanada de la GAM. 5 de Febrero 162c, Gustavo A. Madero, Ciudad de México.
Cuándo: 27, 28 y 29 de octubre de 2023 de 10:00 a 20:00
Entrada libre
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