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Leyendas que explican cómo fue que llegaron las jacarandas a la CDMX

Tres historias peculiares que narran cómo llegaron las jacarandas a la Ciudad de México.

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Como cada primavera, muchos chilango se vuelven locos por llegada de la primavera lila que colorea diversos espacios de la Ciudad de México. Dos veces al año los parques, alamedas y grandes avenidas se colorean de violeta gracias a esta especie.

Pero la idea de cómo fue que las jacarandas llegaron a la Ciudad, en qué año y con qué fin, parece tener más de una explicación. Quizá haya un dato certero sobre esta historia, pero aquí te dejamos tres de las historias más recurrentes sobre cómo llegaron las jacarandas a la CDMX.

Versión Japonesa

La versión más difundida es la de una familia llamada Matsumoto, en particular Tsasugoro en los años 20 o 30 del siglo XX. Este personaje era un jardinero japonés llamado que se dice, vivió en la colonia roma y utilizaba diversas plantas para hacer jardines al estilo oriental en México, entre ellas la jacaranda.

Esta versión cuenta que después de la Revolución Mexicana, Tasuguro propuso al entonces presidente Álvaro Obregón, plantar estos árboles en las calles principales de la capital.

Se cree que el gobierno acepto y que gracias a los Matsumoto, la ciudad está llena  de jacarandas que florecen durante marzo y abril.  También se dice que gracias a esta relación con el Gobierno de México, y durante la Segunda Guerra Mundial, los Matsumoto obtuvieron la nacionalidad mexicana y compraron la ex Hacienda de Temixco en Morelos, donde dieron refugio a otros migrantes japoneses que eran perseguidos por Estados Unidos y a quienes mantuvieron con cultivos de arroz y vegetales plantados en la hacienda.

Versión de relaciones internacionales

La segunda versión es la que narra que Plutarco Elías Calles vio las calles de Washington llenas de cerezos japoneses, y le pidió al presidente de México, Pascual Ortiz Rubio que pidiera sakuras al gobierno japonés para colocarlos en las avenidas de la ciudad como símbolo de amistad entre ambos pueblos.

Se dice que el Ministerio del Exterior de Japón acepto la petición, pero que le pidió al jardinero Tsasugoro Matsumoto su consejo para determinar si era factible que los cerezos se adaptaran a las condiciones de la ciudad.

Aquí es confuso, porque no se sabe si Matsumoto ya vivía en México o si vino de Japón enviado por el gobierno de oriente, ya que no hay un registro que confirme con certeza esta versión. Se cree que Matsumoto fue enviado por el gobierno japonés para asesorar a Pascual Ortiz Rubio con la adopción de los cerezos.

Pero, debido al clima de la ciudad, no se plantaron cerezos, y en lugar de eso se propuso sembrar jacarandas. Unos árboles que jardineros japoneses habían encontrado en Sudamérica y que crecían en primavera igual que los cerezos. ¿Cómo fue que conocieron los japoneses en particular Matsumoto las jacarandas? Pues no lo sabemos.

Versión Miguel Ángel de Quevedo

A Miguel Ángel de Quevedo se le atribuye que en la ciudad se construyeran parques y se protegiera el Desierto de los Leones, además de fundar lugares como los Viveros de Coyoacán.  Quevedo se encargó de estudiar y traer a México diferentes tipos de árboles, entre ellos la jacaranda que conoció en Veracruz, que había llegado por su madera sin saber su procedencia.

Quevedo la usó para decorar nuevos espacios públicos, como Insurgentes, Reforma y el Parque México, Coyoacán y Mixcoac, que datan de la época de Miguel Ángel de Quevedo.

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