Fotografía destacada: Infoagronomo
Miles de girasoles lucen resplandecientes en tres hectáreas de terreno que conforman el Centro de Validación y Transferencia de Tecnología Rural que es considerado el santuario más grande de girasol en Oaxaca y que nació como dador de vida para las abejas, un insecto considerado en peligro de extinción que desde los Llanos del Espinal, ubicado en esta localidad de la costa oaxaqueña, las leyes municipales las protegen.
Este campo pintado de amarillo donde la vida florece es un proyecto agroturístico que nació como prueba piloto en 2019 por 80 campesinos que forman parte de la Sociedad Integradora Agroempresarial Río Verde y que en este 2020 por vez primera organizan la Feria Estatal del Girasol, donde asisten cientos de personas, quienes además de admirar la variedad de girasoles, se documentan de la importancia de conservar a las abejas y otros cultivos como el maíz nativo.
Aunque no seamos conscientes de ello, nuestro destino está plenamente vinculado al de las abejas. Para ponerlo en perspectiva: 70 de los 100 cultivos más consumidos dependen de la polinización, proceso efectuado por estos increíbles insectos.
Por otro lado, para muchos mexicanos, especialmente quienes habitan regiones donde tradicionalmente se produce miel (como Oaxaca y la península de Yucatán), las abejas son un tesoro que sobrepasa lo ecológico y transita hacia lo simbólico e identitario. Por otro lado, estos pequeños animales están en peligro de extinción y es nuestra responsabilidad rescatarlos. Somos dos especies plenamente conectadas y ahora nos toca retribuirles.
Con esto en mente, alrededor de 80 campesinos oaxaqueños se reunieron para cultivar un enorme santuario (de aproximadamente 3 hectáreas) poblado por 200,000 girasoles; cultivo que, entre otras ventajas, provee el entorno perfecto para la conservación de las abejas.
Los girasoles, especie endémica de México, son también increíbles. Se trata de una planta muy resistente a las sequías y en general a los cambios de clima, que, además, le sirve a quien la cultiva de diversas formas: sus semillas se consumen y son muy nutritivas, o se usan para hacer aceite de cocina y la planta sirve para alimentar ganado; sin mencionar que a las abejas les encanta, la polinizan y al cultivar a las abejas, también se obtiene la deliciosa miel.
Pero el proyecto que ha estado en acción desde 2019, tiene mucho más alcance. Como explican los campesinos, sembrar girasol es una alternativa para combatir el cambio climático, precisamente porque se trata de una planta que apoya en la creación de pequeños ecosistemas nuevos, a pesar de las duras condiciones a las que se la somete. Y no es el único cultivo que este grupo está apoyando. Su idea es generar ciclos de siembra de temporal, buscando el rescate de otras plantas, como el maíz nativo.
Y eso no es todo. El proyecto se ha planteado como uno de los pioneros en “agroturismo”, una vertiente que ofrece a los viajeros la posibilidad de explorar el país a través de los paisajes confeccionados por los guardianes de nuestro vínculo con la tierra: los agricultores. ¿Te imaginas un campo de tres hectáreas decorado con 200,000 girasoles? Es un sueño hecho realidad que podrás visitar, de preferencia en marzo, el mejor momento para este cultivo. Apoya con tu visita a esta iniciativa y llévate un hermoso girasol de recuerdo.
Foto destacada: Animal Gourmet
Es difícil no ponerse sentimental cuando se habla de las carnitas, la cúspide del cerdo, la versión más perfecta, práctica y eficaz para aprovechar todas las partes del producto para hacer que este platillo se derrita en la boca con una explosión de sabor intenso, grasoso y perfecto.
Las carnitas, de hecho, fueron elegidas como el mejor platillo con cerdo del mundo, según la guía de viaje Taste Atlas. Y es en realidad es una combinación y un sabor perfecto. Como sabemos que estás aquí porque eres amante de este platillo, te vamos a recomendar los lugares que debes visitar en la CDMX para comer carnitas.
Esta taquería es una de las más visitas, porque para muchos son las mejores carnitas de la CDMX. Es un lugar bastante grande y concurrido todos los días a cualquier hora y aunque ofrece tacos de todo, las carnitas son la joya de la corona. Además, tiene una barra de complementos para ponerle de todo y acompañar tus tacos.
Dónde: Clavijero 226, Col. Tránsito
Cuándo: lun-dom: 10:00-18:00
Las Carnitas Zacapu son emblemáticas del barrio de la Lagunilla, y uno de los destinos favoritos de los foodies, ya que las carnitas se sirven con tortillas hechas a mano y puedes probar la famosa achilatada es decir, la pedacería que queda al fondo del cazo, una delicia porque ahí es donde se concentra el sabor de la carne. Otra de las cosas recomendables es la salsa, solo hay roja, pero con un poderoso picor, elaborada a base de chile de árbol, cilantro y tomate en crudo.
Dónde: Callejón Vaquitas #34, barrio Lagunilla, alcaldía Cuauhtémoc.
Cuándo: miercoles a lunes de 10:00 a 17:00
La Flor de Michoacán que está por llegar a los 40 años de tradición en la CMDX, ofrece las auténticas carnitas estilo Michoacán. aquí puedes disfrutar de unos buenos tacos de maciza, surtida para comer en el lugar o para llevar por kilo. Además cuentan con platillos adicionales como chamorros, quesadillas de sesos y chicharrón.
Dónde: Emilio Carranza #313, Col. San Andrés Tetepilco, Iztapalapa, CDMX.
Cuándo: lunes a domingo de 08:00 a 17:00
Aunque muchas personas están inconformes con el alza de precio que tuvo este lugar, otros la siguen llamando “el templo de las carnitas”. Es un destino único con muchos años de tradición con la receta de la familia Zapién de Zacapu, Michoacán. El taco de pancita es supremo, pero en general, las carnitas aquí son de otro mundo.
Dónde: Av. José Martí 142, Escandón
Cuándo: miércoles a lunes de 09:30 a 16:00
Tacos, gorditas, quesadillas de sesos, chicharrón crujiente y otros antojitos que puedes probar está en Los Luises. Además, de las tortillas hechas a mano Los Luises son una gran muestra de la gastronomía michoacana, tanto así que tiene una admirable trayectoria de 50 años; lo encontrarás en la calle Castilla, número 344, Colonia Postal, Benito Juárez, Ciudad de México.
Dónde: Castilla 344, Postal, Benito Juárez, CDMX.
Cuándo: lunes a domingo de 10:00 a 17:00
Foto destacada: Chapultepec org
En el Bosque de Chapultepec también es posible encontrar algunos vestigios arqueológicos que fueron habitados por grupos de agricultores atraídos por las características naturales del lugar. Además, fue considerado un espacio sagrado y en su cima se construyó un adoratorio dedicado a los dioses celestes, mientras que en la parte baja de la ladera sur se creía que habitaba Tlaloc, dios del agua.
De los vestigios culturales que podemos visitar en el cerro del Chapulín, se encuentra una cueva que los toltecas y Mexicas consideraron lugar sagrado y la llamaban Cincalco, que significa en lengua náhuatl “casa de mazorcas”.
La Cueva de Cincalco se encuentra en el Audiorama, donde por cierto puedes escuchar música, tomar un libro prestado o ver un cielo enmarcado por distintos tonos verdes. Este lugar escondido fue, para los ancestros, una puerta, túnel y entrada al inframundo. Un portal de dimensiones místicas donde, con una veladora prendida todo el tiempo, se ofrece luz a los espíritus.
Esta cueva, a un costado de los restos de un ahuehuete, conocido como “El Sargento” -bautizado así por miembros del antiguo Colegio Militar; también aparece en el Códice Florentino, el registro más antiguo que se tiene sobre el lugar, lo describe como un sitio donde todas las almas iban al perder su vida terrenal.
Quienes se adentraban en la caverna se encontraban con el Mictlán, un paraíso lleno de cascadas y manantiales custodiado con Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, dioses de la muerte. Sin embargo, para llegar al final y conseguir el descanso eterno, primero debían pasar por 9 regiones llenas de retos.
La leyenda de este sitio, es que también fue una cueva que tenía acceso al Tlalocan, el paraíso del dios del agua, Tláloc. Este sitio es descrito como carente de sufrimiento, donde abundaba la belleza, el maíz y las aves de plumas preciosas que se posaban para cantar en pirámides de jade.
La importancia del Tlalocan es que los pobladores creían que de ahí venía toda el agua benéfica y necesaria para la tierra de los mortales y, por ello, es que Chapultepec era un lugar lleno de vida. De hecho, cuando los arqueólogos exploraron la zona, encontraron una escultura de Tláloc por lo que, piensan que en ese sitio también hubo un altar de adoración para el dios.
Asimismo, se hace referencia al mito de Huémac, el último gobernante tolteca, quien era un aficionado a los juegos de pelota, y quien hizo una apuesta con los tlaloques, sacerdotes de Tláloc. Huémac ganó y esperaba como recompensa tesoros como jade y plumas de quetzal. Sin embargo, los sacerdotes le otorgaron mazorcas por considerarlas más valiosas. Pero Huémac no las aceptó. Los tlaloques ofendidos por ello le dijeron que, como castigo, su pueblo sufriría 4 años de sequía.
Al final de la sequía, Huémac se reencontró con los sacerdotes y comprendió el valor que tenía el maíz. Se dice que el gobernante, avergonzado, entró a la cueva y ahí mismo se quitó la vida para viajar al Mictlán, el lugar del descanso eterno.
Hoy en día, deseas visitar este espacio podrás puedes relajarte, contemplar la naturaleza, leer, meditar y escuchar música con tranquilidad.
Dónde:Primera Sección del Bosque de Chapultepec; Calzada del Rey, acceso “Las Flores”, a un costado de la Tribuna Monumental.
Cuándo: de martes a domingo de 10:00 a 16:00 horas.
Entrada libre
Hemos detectado que está utilizando extensiones para bloquear anuncios. Ayúdenos deshabilitando estas extensiones o software de Adblock.