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El insólito hallazgo de una estrella marina casi intacta en el Templo Mayor de Tenochtitlan

Foto destacada: Francisco Alonso Solís Marín

Una estrella de mar casi intacta fue encontrada por arqueólogos mexicanos en el Templo Mayor.

 

Nidorellia armata es el nombre científico de la estrella de chispas de chocolate; una de estrella de mar que se encuentra en las partes más cálidas del Pacífico oriental, del Golfo de California hasta el noroeste de Perú y las Galápagos.

Es la única especie del género Nidorellia . N. armata y viven en aguas tropicales aferrándose a corales y arrecifes rocosos; a veces se mantienen como mascotas en acuarios marinos caseros…

¿Cómo llegó esta estrella de mar al centro de la Ciudad de México?

@LeoLopezLujan

Bueno, el arqueólogo Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor (PTM) detalló en redes sociales que "los mexicas las importaron (a las estrellas de mar) desde costas que se encontraban a más de 300 km de distancia de la antigua Tenochtitlan".

Y en conjunto con el equipo del Proyecto Templo Mayor, dio a conocer: "En estos momentos está apareciendo este maravilloso ejemplar de Nidorellia armata (Pacífico), la estrella de mar más completa y mejor articulada que jamás hayamos visto en nuestras excavaciones en el Templo Mayor. La descubren Miguel Báez y Tomás Cruz (PTM)".

@LeoLopezLujan

Pero no es la primera vez que son hallados animales marinos en Templo Mayor, de hecho, "tras cuatro décadas de trabajos, los miembros del Proyecto Templo Mayor (PTM) hemos exhumado decenas de miles de individuos, pertenecientes a cientos de especies faunísticas que se agrupan en seis filos diferentes: las esponjas, los celenterados, los equinodermos, los artrópodos, los moluscos y los cordados. Estos últimos están representados por las clases de los peces cartilaginosos, los peces óseos, los anfibios, los reptiles, las aves y los mamíferos", se lee en el artículo "Del océano al altiplano. Las estrellas marinas del Templo Mayor de Tenochtitlan", publicado en la revista Arqueología Mexicana.

En el documento realizado por Leonardo López Luján, Francisco Alonso Solís Marín, Belem Zúñiga-Arellano, Andrea Alejandra Caballero Ochoa, Carlos Andrés Conejeros Vargas, Carolina Martín Cao-Romero, Israel Elizalde Mendez, se analizaron las especies de animales marinos descubiertas por el PTM entre 2007 y 2018.

Se descubrieron las estrellas marinas debido a que en las excavaciones se encontraban placas de carbonato de calcio de varias formas. Dichas placas aparecieron en depósitos debajo del monolito de Tlaltecuhtli.

Francisco Alonso Solís Marín

Pero lograron identificar el tipo de organismos hasta que se asociaron con el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (ICML-UNAM), específicamente con Francisco Alonso Solís Marín y sus colaboradores.

"El análisis de las placas (arrojó) que trataba de endoesqueletos de estrellas de mar. Al respecto, vale la pena aclarar que las estrellas, al morir, entran a un rápido proceso de descomposición en el que pierden la piel y los tejidos orgánicos que conectan las placas que constituyen su esqueleto interno. Es por ello que, ya secas, se desintegran fácilmente y quedan reducidas a simples cúmulos de placas desarticuladas."

Es por eso que la magnitud del hallazgo es sorprendente. No solo por el estado de conservación o de poca degradación de las estrellas, sino porque se sabrá más sobre las implicaciones científicas y culturales que tenían estos animales marinos tenían en la cosmovisión indígena de México.

Francisco Alonso Solís Marín

Además, como parte de las investigaciones, "se identificaron seis especies de estrellas en 13 de las 54 ofrendas excavadas en torno al monolito de la diosa Tlaltecuhtli. Cinco especies proceden de las costas del Pacífico: Luidia superba (esbelta, de tonalidades verdosas con manchas negras), Astropecten regalis (mediana, de color amarillo pálido o rojo encendido), Phataria unifascialis (esbelta, de color azul grisáceo, rosa pálido o morado), Nidorelia armata (robusta, de color café oscuro con áreas centrales blancas o amarillas) y Pentaceraster cumingi (mediana, de color rojo encendido o anaranjado).

Las seis especies pueden ser recolectadas fácilmente entre las olas a la orilla del mar o buceando a pulmón libre en inmersiones no mayores a 20 m de profundidad. Pero que aparezcan en el Templo Mayor, es algo parece inédito y por supuesto que nos fascina y despierta admiración por las costumbres de los antepasados.

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