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Los organilleros preservan la historia del país y su oficio podría ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la CDMX.
Desde que el usuario de la cuenta de X, @Ferbustos, diera a conocer el momento en el que una modelo extranjera, identificada como Breanna Claye, emitiera juicios de valor en contra de los organilleros mexicanos, este oficio está tomando relevancia de nuevo; para mala fortuna de la modelo.
Esto porque la joven americana, que radica en la Ciudad de México, pidió a las personas no darle dinero a los organilleros porque según sus palabras “contaminan con su ruido. Darle dinero a estas personas es como decirles que está bien que sigan contaminando con su ruido, y ni siquiera suena bien", se lee en una historia que compartió en Instagram.
9 de abril de 1940, by N. Herfort
Además, agregó que el sonido emitido por los organilleros le parece "el ruido más molesto de México“, y mientras hacía expresiones de desagrado dijo:”No puedo soportar a esta gente que hace ruido con su cajita musical y sus horribles ruidos". Este malestar llevó a la chica a perder su empleo.
A la par de la historia de la “Lady organillera”, estuvo de nuevo circulando la noticia de la única mujer en la Ciudad de México que restaura este tipo de instrumento y lo hace desde un pequeño taller en la vecindad más vieja del barrio de Tepito, y el punto de partida de 10 organilleros que trabajan en la ciudad.
Esta mujer se llama Marcela Silvia, trabaja en un taller muy pequeño y arregla los organillos. Tomó este trabajo cuando murió su esposo, así que se trata de un oficio que ella aprendió de forma autodidacta, y después de varios años ha logrado reparar las cajas musicales, que tiene varias piezas y engranajes internos para poder hacer sonar las ocho melodías que ambientan la zona centro de la Ciudad de México.
La reparación de estos instrumentos es bastante compleja, porque son piezas que ya se dejaron de fabricar, así que hay qué darles mantenimiento, afinarlos, y cuidar la historia que preservan. De ahí, que el Congreso de la CDMX, exhortó a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, en su calidad de secretaría técnica de la Comisión Interinstitucional del Patrimonio Cultural, Natural y Biocultural de la Ciudad de México, a declarar "el oficio tradicional de organillero" como patrimonio cultural inmaterial de la capital.
Esta propuesta fue llevada a la tribuna por la diputada Andrea Evelyne Vicenteño Barrientos, quien resaltó el carácter histórico de las personas que se dedican a este oficio, parte del legado revolucionario. Además, expresó que es fundamental apoyar a las personas dedicadas a esta actividad tradicional para que "las generaciones que nos siguen disfruten de esta música que es parte de nuestra historia".
Del mismo modo, comentó que se tiene registro de 500 organilleros a nivel federal de los cuales 450 se concentran en la capital del país, mismos que actualmente enfrentan dificultades para mantener su actividad, debido a que no cuentan con ingreso fijo, carecen de reconocimiento y apoyo de programas específicos.
Finalmente, la congresista pidió tener en cuenta que el 50 por ciento de los integrantes de este gremio alquilan diariamente el aparato musical que utilizan y costean sus uniformes, gastos a los cuales se suma el almacenamiento, la competencia con otros artistas urbanos y la variabilidad de ingresos por temporada y afluencia de visitantes.