Generalmente, los sitios dedicados al rock o a sus vertientes han sido lugares marginales. El rock, siendo una expresión histórica de la contracultura, buscaba sus propios espacios, justamente alejados del mainstream y de las esferas más privilegiadas. Pero hay nuevos conceptos que parecen retar esta histórica tendencia -cabe decirlo, con el desagrado de algunos. Espacios que conviven entre la esfera rockera o independiente de la música, con una propuesta que retoma algunos estilos de los sitios exclusivos.

El Imperial es un club que ofrece música de vanguardia en vivo con un toque de glamour, como ellos mismos se definen. Su decoración kitsch-romántica combina un concepto de un bar-antro con la escenificación de propuestas musicales alternativas. Tiene un segundo piso donde puedes escuchar música o Djs en cómodos sillones o bien, en la parte de abajo, conviven un escenario con una barra cercana y amplio espacio para bailar.

El ambiente en el sitio es festivo, pero simultáneamente es un bar, lo que le da una doble sensación al lugar. Otro de los atractivos es que según el artista que se presenta es el tipo de asistentes: podrás encontrar desde metaleros hasta algunos aparentes juniors. Sin etiquetas, este espacio funciona como un escenario diversificado para los asistentes, incluso si ese encuadre alude a algunas de las antítesis de los movimientos contraculturales.

Generalmente, los sitios dedicados al rock o a sus vertientes han sido lugares marginales. El rock, siendo una expresión histórica de la contracultura, buscaba sus propios espacios, justamente alejados del mainstream y de las esferas más privilegiadas. Pero hay nuevos conceptos que parecen retar esta histórica tendencia -cabe decirlo, con el desagrado de algunos. Espacios […]