Mirar luciérnagas como acto ritual hacia los mitos de nuestros ancestros; el fuego reinterpretándose en el calor humano, protegido de las estrellas del bosque que confunden al viento para que éste no lo fulmine.
En la historia del Valle de México la fauna pequeña ha sido objeto de múltiples mitos y ritos. Las luciérnagas han sido tomadas como una especie de divinidad contenida en el inconsciente colectivo del pueblo y de sus propias leyendas. En el caso de las luciérnagas, su relato relaciona el nacimiento del fuego con las místicas «estrellas del bosque», fruto del dios del trueno que regaló al hombre cientos de destellos con alas para distraer las pérfidas intenciones del viento.
Recientemente se dio a conocer la maravillosa noticia de que la Sierra de Guadalupe -que la contiene por una parte el Estado de México y por otra el Distrito Federal-, ha engendrado luciérnagas, especie que se encontraba en extinción en el área metropolitana.
La Sierra de Guadalupe es una de los zonas forestales más hermosas al norte de la ciudad. Desafortunadamente, y debido a la celeridad de la expansión capitalina, su flora y fauna habían estado muriendo. La reaparición de estos escarabajos luminosos es de elogiarse, y fue gracias a que agrupaciones ambientalistas integradas en su mayoría por vecinos levantaron el hábitat.
La Fraternidad Naturista Ecologista de la Sierra de Guadalupe, Mahatma Gandhi (Franature), una de las ONG dedicada al estudio y preservación de las especies en la zona, se ha encargado de hacer visitas guiadas para observar luciérnagas; las encuentras de luz amarilla, verde y roja según la especie. Nuestros cerros y sierras aún mantienen su extraordinaria seducción para generar vida, propagar su cuidado y deleitarnos con su estética y sonido es la parte que nos toca cumplir.
Sierra de Guadalupe: ¿cómo llegar?
Para más información dirígete al Centro Ecoturistico y Educación Ambiental Sierra de Guadalupe:
Dirección: av del Parque #469, Parque Residencial Coacalco, 55719 San Francisco Coacalco, Méx.
Tel. 55 5865 8904