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Estudiante de química de la UNAM ha inventado un método para lavar la ropa sin usar agua

método para lavar la ropa sin usar agua

Pareciera que la Facultad de Química de la UNAM se está tomando en serio darle un cambio a nuestro país. Tal vez no en el ámbito político pero sí en su rubro, el científico. Además de Carlos, el niño de nueve años que está cursando un diplomado en esta facultad, otras buenas noticias se han suscitado en sus pasillos; la más reciente, la posibilidad de darle al mundo un poco más de vida, ahorrando el agua que se gasta lavando la ropa.  

¿Imaginas como podrías lavar y al mismo tiempo desinfectar tu ropa sin usar agua? Jessica Valeria Cruz Aguirre, estudiante de química, así lo imaginó hasta materializarlo. La invención de Jessica utiliza un sistema aerosol que rocía bacterias sobre la ropa para que éstas consuman las partículas orgánicas, quiten el mal olor y las manchas. Se aplica un segundo rocío para matar a estos microorganismos, así como agregar suavizantes y perfumes a las prendas para que queden suaves y con aroma agradable. El aerosol contiene dos válvulas para esparcir las soluciones de forma separada y por el momento sólo está pensado para quitar manchas de vino, aceite comestible y sudor.

Un punto relevante en la elaboración de este proyecto es el medio ambiente. Por un lado, se puede destacar que la experimentación para dar con las soluciones se realizó sin la ayuda de maquinaria sofisticada  únicamente con materiales sencillos como vasos de vidrio y la "comida" como medio para que las bacterias se reprodujeran. Estos microbios “limpiadores”, tampoco fueron genéticamente modificados, de hecho, se estudiaron para luego obligarse a alimentarse de su único recurso para sobrevivir (en este caso el vino, el aceite y el sudor).

Por otro lado se encuentra el cuidado atmosférico, pues se sabe que toda clase de aerosoles repercuten en la capa de ozono. Al respecto Jessica se encuentra haciendo pruebas para garantizar el cuidado de nuestro entorno, todo según indica, en ambientes cerrados. 

Es claro que los avances tecnológicos dependen de la voluntad para volverlos un hecho. Sin embargo, para cambiar la realidad a través de ellos, primero hay que pensar. A manera de reflexión, Jessica, quien obtuvo el Premio Nacional y un segundo lugar en el Henkel Innovation Challenge a nivel América Latina por esta invención, nos da una interesante moraleja sobre por qué es tan importante estudiar y leer cuando el panorama de una nación tal vez no es el más favorable. También nos comparte una sutil invitación a retarnos a nosotros mismos; imaginar que todo es posible cuando voluntariamente se ama lo que se quiere.

 

[vía Aristegui Noticias]

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