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Los títeres y esculturas de Lola y Germán Cueto (o la fusión entre el arte y la vida cotidiana de los mexicanos)

Lola Cueto

Revolucionarios, artistas y libres prensadores, así podríamos definir a Lola y Germán Cueto. Ambos no sólo fueron personas que se salieron de la norma de la cultura mexicana, también quienes lograron posicionarla en numerosas partes del mundo como una de las más creativas y hermosas en la humanidad.

Mientras ella, escritora, dramaturga, pintora, impresora, diseñadora de marionetas y marionetista, fue la primera mujer en estudiar en la Academia de San Carlos, él era un químico rebelde que estudió Filosofía y Letras en el mismo instituto académico. Pese a que ninguno logró terminar sus formaciones debido a los inicios de la Revolución Mexicana, esto no fue pretexto para abogar por la ruptura con los valores tradicionales, el academicismo y la represión. Lola y Germán Cueto comenzaron su trabajo pedagógico para resaltar la importancia de la fusión entre el arte y la vida cotidiana en función de la experiencia de la modernidad y la vida en la urbe.

Entre las piezas más representativas de este famoso matrimonio, se destacan las máscaras elaboradas con yeso y cartón que destacan rasgos del pueblo mexicano. Podría decirse que el interés de los Cueto siempre estuvo relacionado con las artesanías y el arte folklórico mexicano, recreando obras tradicionales con tapices, papel picado, juguetes tradicionales de este país. Fue así que fundaron las Compañías de teatro Rin Run, El Nahual y El Colorín, haciendo performances y sketches educativos tanto en zonas urbanas como rurales. Inclusive, en 1940, una de sus obras se presentó en el Palacio de Bellas Artes.

Teniendo una vida entre París y México, algunas de sus máscaras de índole abstracto se expusieron en ambos países, España y Rotterdam. Fue así que José Luis Cuevas llamó a su esposa como la primera artista en México en descubrir el arte abstracto en la búsqueda de educar a un pueblo ávido de trascendencia y evolución.

En 1964, en la segunda Bienal de Escultura de México, la obra de Germán Cueto fue reconocida con mención honorífica. Para 1968, fue reconocido en la tercera Bienal de Escultura, trabajando en El sagitario, la escultura monumental de plomo y armazón de hierro para las Torres de Mixcoac, Lomas de Platero y el comité de los Juegos Olímpicos. A continuación te presentamos algunas de las obras de ambos artistas:

 

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