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De París a la Avenida Insurgentes: estos son los sitios por los que viajaron los Indios Verdes

Una de la peculiaridades que encuentras en el norte de la Ciudad de México es sin duda las estatuas de los Indios Verdes. 

 

Alejandro Casarín fue el arquitecto de estas magnas obras;  dos esculturas de bronce de cuatro metros de altura y un peso aproximado de tres toneladas, las cuales representaban a Itzcóatl y a Ahuítzotl, para formar parte del estreno de la novedosa Torre Eiffel en 1889.

Las estatuas de bronce de los Indios Verdes, según la versión oficial, representan a dos figuras aztecas Tlatoanis. El primero es Itzcóatl que viene de dos palabras náhuatl, itzcoatl y coatl, y juntas significan la serpiente de obsidiana. Itzcóatl fue un gran sacerdote y reformador religioso que derrotó a los tepaneca, durante su mandato y logró la primera gran etapa expansiva de los aztecas.

Le sigue el tlatoani Ahuízotl cuyo nombre en náhuatl significa nutria o perro de aguas. Ahuízotl  llevó a los mexicas en un tiempo relativamente corto a dominar prácticamente todo el centro y sur de México ?incluido Guatemala?, desde el Golfo de México y hasta el océano Pacífico. Otra de las teorias es que los Indios Verdes no son tlatoanis sino los Atlantes de Tula, según los escritos de Antonio Penafiel, polígrafo reconocido. 

Se han dicho muchas cosas sobre su característico color verde, pero este efecto verdoso se debe principalmente  al efecto de la humedad y el clima que han deteriorado su color original, el marrón, sin embargo, debido a su legendario nombre que les ubica en la capital, se ha optado por mantener su color verde.

Pero la principal controversia en cuanto a la razón de ser de estas curiosas estatuas verdes, es saber si fueron concebidas especialmente para exhibirse en el sitio que hoy en día se muestran o si hubo la intención de darles otro uso.

 

Los Indios Verdes en París

En 1889, México planeaba participar en la Exposición Universal de París Francia ?cuando se inauguró la Torre Eiffel?, con un pabellón ciertamente auténtico: los Indios Verdes. La Secretaría de Fomento de México solicitó a Antonio Penafiel, Antonio Anza y el escultor y pintor Alejandro Casarín para presentar este atractivo proyecto del pabellón mexicano.

Sin embargo, las estatuas no pudieron exhibirse. Sus poco más de tres toneladas impidieron que  viajaran a París. Consecuentemente se ubicaron en Paseo de la reforma y permanecieron ahí durante  casi 10 años.

En cuanto a la fecha en que fueron colocadas en su sitio original tan significativos monumentos existe controversia, pero se consideró que fueron colocadas en septiembre de 1891.

Paseo de la Reforma custodiada por los Indios Verdes frente a estatua de Carlos IV.

 

Tiempo después abandonaron la custodia del Paseo de la Reforma y en 1901 se convirtieron en celosos guardianes del acceso al tradicional Paseo de la Viga, sitio en el cual permanecieron por muchos años. De esta época, no existe una sola fotografía de los Indios Verdes en la que aparezcan bordeando el Canal de la Viga, lo cual puede sugerir que nunca estuvieron en dicha zona.

Para el año de 1901, el Canal de la Viga había venido a menos y  para 1910 la zona donde fueron colocadas las estatuas ya era tierra firme. En 1921, las autoridades decidieron desaparecer totalmente el cauce del canal y darle paso a la selva de cemento y asfalto, característica de la gran ciudad capital y al construirse la calzada de La Viga, los famosos Indios Verdes permanecieron en el mismo sitio.

Calzada de la Viga

Ante el crecimiento urbano, los Indios Verdes habían quedado rodeados por fábricas y puestos semifijos, por ello se decidió cambiarlos de sitio, esta vez a la entrada del norte de la ciudad, por la entonces flamante carretera pavimentada de Laredo y que era donde comenzaba la Av. Insurgentes Norte.

En 1939 se realizó la maniobra para desmontar las dos estatuas de sus bases y trasladarlas primero a un taller para su rehabilitación y después a su nuevo sitio.

Traslado de los Indios Verdes a insurgentes.

La que se pensaba que sería la localización definitiva tampoco lo fue, debido al acelerado crecimiento poblacional de la Ciudad de México y alrededores, hicieron necesaria la ampliación de la carretera libre de Pachuca.

Esto se dio de forma paralela a la conclusión de la estación terminal de Indios Verdes, de la línea 3 del Metro, que fue inaugurada el 1° de diciembre de 1979 y fue la razón por la que adoptó dicho nombre.

Imagen representativa de la estación de metro Indios verdes

Las estatuas de los Indios Verdes colocadas en los camellones de la avenida Insurgentes Norte,  pronto quedaron expuestas al vandalismo y la acumulación de basura, por lo que se decidió cambiarlas nuevamente de lugar, en esta ocasión el cambio se realizaría por la estación de metrobus del mismo nombre, que correría en el tramo de 19, 4 km entre la estación Indios Verdes del STC-Metro y el Eje 10 Sur (Copilco).

Fue hasta 2005 cuando, como parte del Plan Maestro de rescate del Acueducto de Guadalupe, se remodeló el Parque del Mestizaje, en donde los tlatoanis mexicas encontraron su morada permanente.

Indios Verdes en Parque del Mestizaje.

Hubo un proceso de restauración de las estatuas que les dio una mejor apariencia, el encargado del proyecto fue Ricardo Prado, al mando también de restaurar el Monumento a Cuauhtémoc.

La decisión de su ubicación actual corresponde principalmente  a que por más de sesenta años, estas figuras han dado nombre e imagen a esa zona de la ciudad y ya son parte del catálogo de monumentos de la delegación Gustavo A. Madero, por lo tanto hoy forman parte del imaginario colectivo de los habitantes locales y de todo aquel que las ve y reconoce como los legendarios Indios Verdes.

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