En el contexto mexicano la muerte es una celebridad preponderante. De ahí que exista un día especial para rendirle culto y ofrecerle una magna celebración.
Al ser un país pluricultural y pluriétnico, México desarrolló festividades heterogéneas, que implementan diferentes insignias, evocaciones y dialécticas según cada entidad o herencia cultural. La festividad de la muerte no es la excepción. Su trascendencia milenaria, ha logrado sobrevivir a través del los tiempos, inclusive hasta el día de hoy la representación de esta festividad a manera de acto pisco-dramático es quizá, de las más importantes en el inconsciente colectivo del mexicano ?vale decirlo, hoy en día es considerada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Como ya sabemos, en estos días de muertos la Ciudad de México decora sus portales, balcones y ventanas con motivos mortuorios, sin mencionar por supuesto, el rincón especial para la ofrenda. Epitafios irónicos, refranes, calaveritas, comentarios satíricos y rimas burlonas acompañan a este ritual colectivo donde la muerte dialoga con la vida, haciendo prácticamente invisible la línea donde comienza una y termina otra.
Diversos símbolos se miran orquestando esta magna procesión entre las calles. Máscaras ritualísticas, flor de cempasúchil, calaveras, calaveritas de azúcar, los elementos naturales inmortalizados en veladoras, semillas y pétalos, agua y comida para los muertos, copal y el folclor mexicano del papel picado. De este carnaval de insignias, metáforas prehispánicas, híbridos cósmicos de conquista y poco más de alegría mexicana, han podido retratar algunas emblemáticas fotografías los usuarios Instagram. A la brevedad, una agradable selección de éstas que, paradójicamente, inmortalizan a la muerte:
/Fotografía principal: Ruben Rodríguez – Flickr / Creative Commons
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