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De papeles y árboles: La historia de dos fábricas de papel

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Una de estas fábricas nos dejó un hermoso parque ecológico dentro de la Ciudad de México.

 

El nombre de Loreto y Peña Pobre proviene de la fusión de dos fábricas de papel. La primera, la de Loreto, se encontraba en un terreno que perteneció originalmente a Hernán Cortés y luego fue heredado a su hijo. En estas tierras se instaló un molino que en el año de 1759 comenzó a producir papel bajo el nombre de Molino de Loreto, el cual se mantuvo operando a lo largo del siglo XIX.  Después de la independencia dicho lugar se convirtió en la primera fábrica de papel mexicana.

Sin embargo, En 1905 esta fábrica sufrió un severo incendio que acabó con toda la maquinaria, por lo que sus dueños decidieron venderla a la familia Lenz, de origen alemán, que la reinauguran exitosamente en 1906.

Por otro lado, en 1845 Guillermo Banfiel fundó la Fábrica de Papel Peña Pobre,  ubicada en el mismo sitio en el que durante la época prehispánica floreció la cultura Cuicuilca, desaparecida después de la erupción del volcán Xitle.

En 1924 Alberto Lenz, que ya se había posicionado como el empresario más afamado en la industria del papel, compró la fábrica de Peña Pobre para en 1929 fusionar las dos empresas y crear la Sociedad Anónima de Fábricas de Papel Loreto y Peña Pobre, que se convertiría en la más importantes de México.

La fábrica de Loreto operó hasta 1991 aproximadamente y la de Peña Pobre hasta 1987 cuando fue cerrada a causa de las protestas de diversos grupos ambientalistas que con gran razón se quejaban de la constante humareda y la consecuente contaminación que la fábrica provocaba. 

Entonces, la fábrica de Loreto fue convertida en un centro comercial, al igual que parte de los terrenos de de Peña Pobre. En estas dos plazas todavía podemos ver restos de lo que fuera la maquinaria utilizada para hacer el papel.

La otra parte de la tierra fue decretada en 1991 como Parque Ecológico; un hermoso lugar, un oasis dentro de la ciudad que tiene como objetivo promover la cultura y la conservación de la naturaleza para sensibilizar y concientizar a la sociedad en temas ambientales.

Este parque cuenta con 21,000 metros cuadrados en donde, además de las hermosas áreas verdes cubiertas de pasto perfectamente cuidado, se han establecido programas educativo-ecológicos que cuentan con una librería especializada en temas ecológicos, una granja integral de autoconsumo, un invernadero, y tiendas donde se puede adquirir todo tipo de productos relacionados con el cultivo de huertos y además ofrece talleres dirigidos a niños y adultos; como reciclaje de papel, plástico y cartón, sembrado de hortalizas, cursos de artes plásticas y manualidades.

Este es un gran lugar para pasar el día alejado de todo el ajetreo y ruido de la ciudad y sentarse a disfrutar del gran paisaje. La entrada al parque es gratuita y está abierto de martes a domingo de 8 a 18 hrs.

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