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Sobre la casa de Coyoacán que alguna vez habitó La Malinche

la malinche

Muy cerca del Jardín de la Conchita, se encuentra la casa donde vivió La Malinche, junto a Hernán Cortés durante un año.

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La Plaza y la Iglesia de la Inmaculada Concepción, popularmente conocida como "La Conchita" es, sin lugar a dudas, uno de los sitios más emblemáticos del barrio de Coyoacán. Se trata de una zona antigua, cuya fundación data de la época del virreinato, y que cuenta con una casona famosa.

Cuando terminó la Conquista, Hernán Cortés se dio a la tarea de explorar toda Tenochtitlán y comenzar a adornar sus calles con edificaciones y templos de aspecto europeo. Una de las partes de la ciudad que más le llamó la atención fue Coyoacán, y es que en este barrio capitalino, aún se mantienen incólumes los vestigios más hermosos de la época colonial.

En Coyoacán, mandó construir la Iglesia de Santa Catarina y la de Juan Bautista, así como el Palacio de Ayuntamiento, que en realidad fungió como el palacio del conquistador español.

La historia nos cuenta, que Cortés fue cautivado por una especial mujer indígena. La Malinche (o Malintzin), quien primero fue su intérprete y más tarde su mujer, adoptó el nombre de Marina, un nombre que se le otorgó tras su bautizo en la religión católica.

Embelesado por aquella mujer (que varios la consideran una traidora), el español decidió mandarle construir una casa en Coyoacán. La Malinche la quiso roja, con grandes jardines y muy cerca de una Iglesia. Por este motivo, Cortés mandó erigir la Iglesia y la Plaza de la Inmaculada Concepción, para que fueran el templo y el parque frecuentados por su mujer.

También conocida como la "Casa Colorada", esta grande casona de paredes gruesas, bellos ventanales e icónicos barrotes fue el hogar de La Malinche y Hernán Cortes durante un año, aproximadamente hacia 1521 o 1522.

Hace algunos años, esta inconfundible casa de Coyoacán fue habitada por los pintores mexicanos Rina Lazo y Arturo García Bustos. Este artístico par, asegura que se trata de una de las edificaciones históricas más importantes de todo el país, por albergar en sus habitaciones y paredes recuerdos que datan de hace cinco siglos.

Estos inquilinos, también estaban convencidos de que los muros que constituían la construcción eran los originales. Y aunque a lo largo de las décadas se le añadió un nuevo piso y pasó por remodelaciones significativas, su identidad virreinal siempre se mantendrá en cada rincón.

Hoy por hoy, la Casa de La Malinche en Coyoacán es un predio colonial oficial, que sirve como el recuerdo de la abrupta transición que ocurrió con la caída de Tenochtitlán. Esta casa representa el inicio del mestizaje, desde el punto de vista racial hasta el cultural.

Fuente: Archivo El Universal.

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