La plaza de la Ciudadela también conocida como la Plaza del Danzón, contiene, ensimismado entre sus árboles, fuentes y tradiciones, una enorme historia que entrelaza a personajes históricos de distintas épocas y a la valiosa mezcla musical que se dio con mayor influencia en la década de los 40 en la ciudad. Es en este sitio donde se da lugar al baile por el que se ha hecho famoso, un sitio inexplicablemente surrealista que aún con el paso del tiempo continúa siendo un símbolo capitalino.
Antes de empezar a contarte sobre el mega baile que aquí se genera todos los fines de semana, es preciso mostrarte su increíble perfil cultural y por qué es tan importante saberlo.
Historia
La Ciudadela es el edificio y monumento que se encuentra justo enfrente de este parque, cerca del metro Balderas. Es la sede de la Biblioteca de México José Vasconcelos (no confundir con la Biblioteca Vasconcelos) que en sus inicios, en 1807, se construyó para fungir como fábrica tabacalera.
En los años de Independencia la fábrica pasó a ser un cuartel general y una cárcel, misma que albergaría a un par de personajes clave para la Historia de México y a un suceso decisivo: la Decena Trágica. Un golpe militar mítico que definió muchas de las situaciones del país -incluso hasta hoy-, y que posteriormente conduciría a la traición a Francisco I. Madero por parte de Victoriano Huerta. Gustavo A. Madero, su hermano, fue acribillado y quemado justo en esta Plaza.
Fue en la Ciudadela donde años antes se encontraba preso también, José María Morelos, que ulteriormente fue trasladado a su casa en Ecatepec para ser fusilado.
El Danzón
Pero lo que realmente define al espíritu de la Ciudadela hoy, es sin duda alguna sus bailes masivos de Danzón. El danzón llegó a la ciudad de México desde los estados de Veracruz y Yucatán, que adoptaron el género por inmigrantes cubanos en 1890. Los salones de baile -donde se presentarían orquestas en vivo- y la aparición de la radio popularizaron el género. A la par que la ciudad evolucionaba tecnológica y arquitectónicamente de forma afransesada, las noches en la ciudad se disfrutaban tropicosamente con un compañero, en la pista de baile. Y fue la plaza de La Ciudadela uno de los principales exponentes públicos de este baile.
Todos los fines de semana se dan cita personas de toda la ciudad para bailar este género tropical que definió incluso la moda en el cine de oro mexicano en aquella época. En este encuentro te podrás dar cuenta que la mayoría son personas de la tercera edad, aunque por su puesto no faltan los arriesgados más jóvenes que gustan de hacer su cultura una tendencia. Los Sábados en especial, La Ciudadela es como un viaje en el tiempo: los hombres visten sombreros con una o dos plumas de lado y trajes elegantes y holgados de la época. Las mujeres usan sus vestidos de noche (extrañamente, en un lugar público, incluso desde las 10 de la mañana) y unos buenos zapatos ideales para la ocasión. Aquí puedes llegar con pareja o solo, porque una de las características más notables del Danzón es que se puede bailar con desconocidos; todos, al final, disfrutan de los efectos afrodisíacos que producen los ritmos cadenciosos. Los bailes en la plaza de La Ciudadela resguardan historias de amor y desencuentros del pasado y del presente, un lugar donde se rinde culto al baile pero también a la tradición.
Hay quienes afirman que México tiene una peculiar manera de bailar danzón, incluso con elementos aún más ricos que la propia Cuba. Habría que descubrirlo sólo visitando este simbólico sitio, uno de los más surrealista por excelencia.
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