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El día que Jim Morrison visitó las pirámides de Teotihuacán (FOTOS)

El controvertido Rey Lagarto, Jim Morrison, cantante y poeta en The Doors, llegó a pensar que su espíritu era en realidad la reencarnación de un antiguo indio piel roja. Esta conexión cósmica con la raza americana ancestral, es probablemente la responsable de que Morrison sintiera una profunda conexión con México.

Jim Morrison se interesó por la cultura mexicana y en su aparición con The Doors en la Ciudad de México, en julio de 1969, dedicó un tiempo para visitar las Pirámides de Teotihuacán.

Si bien este es un ritual ya conocido entre extranjeros que pisan tierras mexicanas, lo cierto es que la visita de Morrison a las pirámides resulta un poco más simbólica. Morrison era conocido en el mundo del rock por sus danzas rituales de los espíritus ?influencia acaso chamánica?, procesión fantasmagórica que llevaba a cabo en cada uno de sus conciertos donde solía afirmar que aquél "alter” piel roja se le presentaba en el escenario.

No existe historia oficial de los hechos pero, se dice que el promotor Mario Olmos y el cantante Javier Castro, invitaron a The Doors a tocar en la Plaza de Toros México. En aquel entonces, la banda acababa de salir de un pleito en Miami provocado por los legendarios desmanes de su frontman. Ningún promotor quería contratar al grupo, ya que cargaban con un juicio en contra de Jim por exposición indecorosa y en este caso, el concierto en la Ciudad de México era una muy buena oportunidad de seguir cosechando éxitos y fama.

Lamentablemente debido a la situación política tan delicada en que se encontraba el país ?tenía poco tiempo de ocurrir la trágica represión a los estudiantes, la masacre del 68?, el gobierno mexicano se negó a permitir el concierto, por lo que se les ofreció tocar en El Forum, un pequeño salón propiedad de los hermanos Castro, que antiguamente se ubicaba entre la Av. Insurgentes y San Antonio.

Hubo quienes acertaron en que fue este un concierto deslucido, tal vez porque a fin de cuentas resultó privado ?tan solo unos cuantos artistas, políticos y amigos personales de los Castro pudieron presenciar el acto. A pesar de las pocas presencias de aquél show, se rumora que Morrison estaba irreconocible: lucía una figura obesa, aspecto desgastado, gran barba y hasta un poco indiferente.

Comentan que incluso en pleno concierto dijo ser Fidel Castro en tono de broma. En internet encontramos solo unas pocas fotos y una grabación mal hecha por lo que su show en la Ciudad de México quedará recluso en el misterio y en leyendas volátiles.

Pero, como todos los mitos que envuelven la figura de Morrison, se cuenta que fueron invitados a pasear en limusina a través de la Ciudad de México, nada menos que por el hijo del voraz Presidente de la Republica de entonces, Díaz Ordaz.

Motivados por esa admiración religiosa que compartía Jim sobre los pueblos indígenas de Norteamérica, la banda decidió visitar las pirámides de Teotihuacán.

Se sabe que Morrison subió a la Pirámide del Sol, y que su alma de poeta se regocijó al tocar la cabeza gigante del ídolo en piedra de  la serpiente emplumada. Tal vez, las "puertas de la percepción" fueron abiertas nuevamente en la mente del cantante, o quizás le fueron develadas esas "cosas desconocidas e ignoradas", como diría William Blake.

Su gran barba, parecida a la de un gran jefe de la tribu, cubría su rostro, se manifestaba sobre la gran pirámide como un viajero y su sombra. Jim Morrison falleció dos años después en París, según se dice, víctima de una sobredosis de heroína.

Pero, quienes confiaron en su sabiduría milenaria, especulan que The Lizard King no murió, solo el nombre de Jim Morrison lo hizo.

A continuación, algunas fotografías que muestran su visita a las pirámides:

*Fuente: “The Lizard King”, J. Hopkins; “No One Here Gets Out Alive”; J. Hopkins; “Dias Extraños”, Merced Belen Valdes .

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