San Ángel es un barrio lleno de belleza.
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San Ángel es un barrio tranquilo y pintoresco que se encuentra al sur de la ciudad.
Es un pueblo originario de la delegación Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, asociado estrechamente por motivos históricos, urbanísticos y funcionales a los barrios de Tizapán, Chimalistac, Altavista, y Tlacopac.
Su nombre actual proviene del colegio de San Ángel Mártir, el cual fue fundado por la orden carmelita, siendo su principal monumento histórico, el cual es un museo de arte colonial.
San Ángel no es un sitio cualquiera, empapado de numerosas bugambilias y jacarandas, inmerso entre senderos de piedra volcánica y constituido por numerosos monumentos religiosos que presumen una estética singular.
San Ángel es también un barrio ideal para turistas amantes de su ciudad, que quieren profundizar en su historia, ya que lo que encuentras aquí no es sino un extenso compendio visual que oscila entre monumentos, arquitectura civil y religiosa, museos y plazas con legados, naturaleza viva, senderos escultóricos, inmuebles coloniales de valor arquitectónico incalculable y fiestas tradicionales que han logrado ser impenetrables a los cambios con el paso del tiempo. Tenanitla, "lugar amurallado", fue el primer nombre que le dieron al barrio de San Ángel sus habitantes en épocas prehispánicas, haciendo alusión a sus hermosos pedregales, producto de la erupción volcánica del Xitle.
Localizado al sur de la Ciudad de México, este "barrio mágico", fue, desde sus inicios en épocas de conquista, un admirable espacio que los foráneos cautivados por su belleza innata, ocuparon para edificar asentamientos religiosos. Encontramos, por ejemplo, las órdenes religiosas de los frailes carmelitas y dominicos, quienes establecieron aquí a través de conventos, los más importantes: el Convento del Carmen y el de San Jacinto.
Culturalmente es un barrio importante que alberga algunas galerías de arte, hermosas iglesias y mercados artesanales. Explore la historia, la cultura y los colores de este próspero vecindario con nuestra guía de algunas de las mejores atracciones de la zona.
Es por eso, que aquí te dejamos lugares y cosas para hacer en San Ángel, en su entorno lleno de historia, monumentos y arquitectura civil y religiosa, así como por sus museos, plazas, calles y fiestas tradicionales.
Plaza San Jacinto
Dr. Gálvez, San Ángel, Álvaro Obregón, Ciudad de México, México
Plaza San Jacinto marca el corazón de San Ángel y es una plaza conocida por su belleza excepcional y sangrienta historia. La plaza vio el ahorcamiento de desertores irlandeses que, durante la guerra entre México y Estados Unidos, abandonaron las tropas estadounidenses y se alinearon con los mexicanos: se colocó una placa conmemorativa en la plaza que enumera los nombres de los soldados irlandeses. Hoy en día, esta plaza alberga el Bazar Sábado, excelentes restaurantes y muchos edificios hermosos e históricos.
Bazar del Sábado
San Jacinto 11, San Ángel, Álvaro Obregón, CDMX.
El Bazar del Sábado es un lugar animado y de lujo de San Ángel en el que se pueden encontrar las mejores artesanías de la mejor calidad de todo México. Desde joyería fina y textiles hasta carpintería y cerámica, este bazar muestra las habilidades y los estilos de los mejores artesanos del país. Tal vez comience el día con un delicioso brunch mexicano en el patio antes de dirigirse a las numerosas tiendas y boutiques agrupadas en dos pisos. Los artistas en vivo a menudo hacen apariciones y los artistas se alinean en las calles con su trabajo.
Museo Casa del Risco
Plaza San Jacinto 15, San Ángel, CDMX.
El Museo Casa del Risco es una mansión de finales del siglo XVII y es una de las casas más bonitas que dan a la plaza. El museo alberga una excelente colección de siglo 17 y 18 Europeo obra mexicana y colonial. La casa, con la colección de arte, fue donada por sus dueños anteriores, Isidro Fabela y su esposa Josephine de Fabela en 1958.
Templo y Ex-Convento del Carmen
Revolución, San Ángel, Álvaro Obregón, CDMX.
La construcción del monasterio comenzó en 1615 y con el paso de los años se convirtió en el lugar con el que más se podía identificar la gente de San Ángel. Tiene enormes jardines, que en su apogeo contuvieron más de 13,000 árboles frutales. La fachada y tres cúpulas resaltan la impresionante obra arquitectónica, junto a un hermoso campanario. Hoy en día, este impresionante templo funciona como un museo que se estableció en 1955, que alberga una colección de pinturas y estatuas, así como las momias de personas no identificadas.
Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
Av. Altavista esq. Diego Rivera, Coronel San Ángel Inn Del. Álvaro Obregón, CDMX.
El Museo Casa Estudio ofrece a los visitantes la oportunidad de ver el estudio de arte del famoso artista y muralista mexicano, Diego Rivera, así como algunas de las obras de Frida Kahlo. La exposición se encuentra dentro de un edificio diseñado por Juan O’Gorman, un amigo de Rivera, que se encuentra entre los primeros proyectos de arquitectura funcional en América Latina. Aunque es un museo pequeño, hay una hermosa intimidad entre el pintor y el visitante que solo se puede experimentar en el estudio de Rivera.
Museo Soumaya Plaza Loreto
Avenida Revolución y Río Magdalena, Eje 10 Sur, Tizapán, San Ángel, CDMX.
El Museo Soumaya Plaza Loreto es la primera entrega de dos museos Soumaya, el segundo de los cuales está situado en el área de Polanco. El Museo Soumaya Plaza está ubicado en un impresionante edificio estilo villa de la época colonial que vale la pena presenciar en sí mismo. El museo, fundado en 1994, contiene la colección de arte de Carlos Slim y está dedicado a la protección, investigación y exposición de las obras expuestas. Con cuatro salas de observación, este museo ofrece la oportunidad de ver preciadas pinturas de famosos artistas europeos y mexicanos.
Parroquia San Jacinto
Plaza San Jacinto 18, San Ángel, CDMX.
La Parroquia de San Jacinto tiene pintorescos jardines verdes, dejando atrás el ruido de lo externo. Acogida por una buganvilla que se apoya en otro enorme árbol, la iglesia invita a los visitantes a relajarse y dejar atrás las cargas de la vida en este tranquilo refugio, que una vez fue habitado por Tenanitla. De finales del siglo XVI, la Parroquia de San Jacinto, con su fachada azul brillante y estructura de roca volcánica, tiene una sensación de austeridad, así como una hermosa armonía con su pasado y presente.
Centro Cultural Isidro Fábela
Plaza San Jacinto 5, San Ángel TNT, San Ángel
También llamado Casa del Risco. En Plaza San Jerónimo 15 se halla una construcción del siglo XVII cuya belleza arquitectónica resguarda en la actualidad una biblioteca de consulta especializada en derecho penal, además de contar con salas de exhibición donde se presentan obras de François Clouet y Cristóbal de Villalpando, entre otros.
Chimalistac
Un espacio más que vale la pena destacar entre San Ángel y Coyoacán es sin duda Chimalistac, un pequeño pueblo de origen prehispánico que en la actualidad es considerado como patrimonio tangible e intangible de la ciudad. Aquí se desdoblan muchos de los monumentos que el INAH tiene en custodia, construidas en los siglos XVII, XVIII y XIX. Incluso se ha escrito y filmado sobre este lugar y sus enigmáticos puentes de piedra y pequeñas capillas históricas.
Mercado del Carmen
Dirección: Amargura 5, Sán Angel
El Mercado del Carmen se encuentra muy cerca de la Plaza San Jacinto, alojado dentro de una hermosa casona colonial remodelada. Entre sus dos pisos se distribuyen 25 locales con distintas propuestas para seducir a tu paladar. Entre los locatarios se encuentran Milk Bar, con postres veganos y malteadas; Kaypachá, con sus productos orgánicos; la Marquesería, de postres típicos yucatecos, Moira?s Bakehouse, con teacakes y scones ingleses y Tomás, la casa editora de té.
¿Cómo llegar a San Ángel?
Se puede acceder al barrio de San Ángel por las avenidas Revolución, Insurgentes, Universidad, Miguel Ángel de Quevedo y Altavista. Si prefieres utilizar el transporte público, la estación del metro más cercana es Miguel Ángel de Quevedo (Línea 3) o la estación del metrobús La Bombilla (Línea 1).
Fotos cortesía de INAH
Los Olmecas llegan al espacio arqueológico más grande de Canadá.
El Museo Pointe-à-Callière de Arqueología e Historia, de Canadá, estará presentanto una diversidad de piezas mexicanas, en la exposición Olmecas y las civilizaciones del Golfo de México, con el fin de celebrar la cultura y tradiciones mexicanas en el Vieux Montreal, el corazón antiguo de la ciudad cosmopolita.
Esta exhibición destaca las maravillas del México antiguo, en uno de los museos más espectaculares de Canadá, para que todos conozcan y se maravillen con las culturas mexicanas ancestrales. Se trata de un montaje que ilustra un panorama civilizatorio de más de 3 mil años, y plantear preguntas e imaginar cómo era la vida de esos hombres y mujeres que habitaron en la costa atlántica de México.
La directora ejecutiva del Museo Pointe-à-Callière, Anne Elisabeth Thibault, destacó en un boletín de prensa, que la emoción palpable en todos los colaboradores del recinto a su cargo, por recibir temporalmente los 272 objetos patrimoniales que integran a la muestra, cada uno de los cuales es testigo de la grandeza de múltiples civilizaciones de raíz olmeca.
"La colaboración entre nuestras instituciones es testimonio del compromiso compartido por promover el entendimiento intercultural, por ello, agradecemos a todos los que han hecho posible este esfuerzo. Su contribución creará, sin duda, experiencias enriquecedoras e inolvidables para nuestros conciudadanos y visitantes", expresó la Directora del Museo.
Asimismo, a dicho país del norte llegaron piezas arqueológicas y objetos etnográficos que narran parte de la historia y evolución de la cultura olmeca; que se mantiene viva en los pueblos huastecos, nahuas, totonacos, zoques y otomíes de nuestro país.
Además, se preparó un programa de actividades con recorridos guiados, conferencias y una publicación especial, realizada en colaboración con la revista Beaux-Arts, dedicada a la exposición y en la cual se ofrecerán contenidos complementarios a la misma.
Fotos cortesía de Erick Meyenberg
El artista visual Erick Meyenberg y Tania Ragasol, abordan la migración y la identidad cultural.
El artista Erick Meyenberg representa a México en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia con una extraordinaria videoinstalación llamada Nos marchábamos, regresábamos siempre, con la curaduría de la gestora independiente de arte contemporáneo Tania Ragasol.
Esta intervención estará disponible hasta el 24 de noviembre de 2024 en el Pabellón México en la Bienal de Venecia, en Venezia, Italia, y entabla un diálogo con más de 87 pabellones de 87 países.
Erick Meyenberg plantea un dilema fundamental con su obra, en donde parece que todos somos extranjeros donde quiera. La obra exhibe que la condición de extranjería se puede estar viviendo aun no habiendo emigrado a otro país; no sabiendo si la pertenencia en realidad está fijada por la historia, los afectos o los tránsitos que hoy en día la movilidad humana plantea. No es la geografía, la historia o el lenguaje lo que define esas construcciones, sino una realidad en la que nos movemos permanentemente.
No obstante, México ha recibido personas que han tenido que dejar sus raíces o sus orígenes por guerras, por dictaduras, por desastres ambientales o solo porque se enamoran de un país tan diverso. La poética transdisciplinar de Meyenberg, que va de lo visual al lenguaje del movimiento, que transita por las emociones y los afectos de todas las personas que nos vemos reflejadas en una mesa.
El artista creó cerámica para poder desfigurar y transfigurar esas emociones que significan en una mesa compartir los dilemas, las nostalgias, las promesas incumplidas, los sueños, los compromisos; es ahí donde México se enriquece con esta obra poética de Meyenberg y de Tania Ragasol.
Esta propuesta artística habla de la hospitalidad, reconocer que todo proceso migratorio tiene muchas capas de dolor y de pérdida, pero ante una mesa se pueden crear lazos profundos de humanidad, es en donde caben todos esos gestos casi ancestrales, primigenios, que más allá de fronteras y de nacionalidades, nos pueden unir a todos como seres humanos y en donde podemos proyectarnos. Por eso en la videoinstalación hay una mesa blanca, una especie de pantalla en donde cada uno puede proyectar sus memorias.
El trabajo de Tania Ragasol evoca de una manera poética tanto el trayecto de quien migra, de una familia de migrantes, como la posibilidad de un momento, aunque sea un instante, de pertenencia alrededor de una mesa. Es un tributo a aquellos que están por llegar a una nueva realidad de vida, es una invitación a apreciar aquello que nos parece extraño para imaginar conexiones a partir de las maneras más íntimas que tenemos en común todos los seres humanos, como puede ser un beso, un guiño, una caricia, como eso vital que nos une más allá de fronteras, coordenadas, límites.
Sin duda una videoinstalación que nos hace mirar el tema del encuentro, siendo Extranjeros por todas partes. Además, es una exposición representativa de la práctica de un artista mexicano de ascendencia alemana y libanesa, que sabe bien sobre la condición dual y en construcción identitaria del migrante como extranjero, en su tierra y fuera de ella, cuantas veces intente recuperarla. Es una instalación con esculturas de cerámica que combinan elementos de México, Italia y Albania, reflexiona profundamente sobre temas como la migración, la búsqueda de pertenencia y la perenne condición humana de buscar raíces en un mundo transitorio.
Fotos cortesía de Casa Chavela
Así puedes pasar unas noches gratis en Casa Chavela en Tepoztlán.
Antes de que María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, fuera reconocida como Chavela Vargas; tuvo mil oficios en México. A menuda se dice que trabajó de cocinera, camarera, niñera, condujo el auto de familias adineradas, además de vivir en la azotea de un edificio hasta que se convirtió en una de las leyendas de la música ranchera en México.
Chavela Vargas se caracterizaba por tener una voz poderosa, una fortaleza humana muy grande y mucho renombre, ya que colaboró con destacados compositores mexicanos como José Alfredo Jiménez y Agustín Lara, y se convirtió en una figura icónica en la escena musical mexicana.
La Vargas murió en agosto de 2012 en Cuernavaca, en donde tenía una hermosa casa, que ahora está abierta a los artistas y personas que deseen hospedarse en el lugar que habitó una de las cantantes latinoamericanas más grandes del siglo XX.
La Casa Chavela fue el lugar donde oficialmente vivió la artista; y hoy en día, es un espacio restaurando y cuenta con los elementos principales de la casa original. Es una residencia con alberca, paredes empedradas y también algunas mesas al aire libre. La habitación chamana es la principal, era donde dormía Chavela, además de que hay otros tres cuartos y un Bungalow para cuatro personas que además cuenta con su propia cocineta.
Este destino cuenta con un programa de residencia de artistas, en donde se ofrece una estancia gratuita de 10 a 15 días y además del hospedaje que incluye habitación, baño y cocineta privada, también hay opción de acceder al jardín y las áreas comunes.
Como en toda residencia artística, se pide que las personas interesadas desarrollen una obra que formará parte de la colección de arte del lugar. Asimismo, se solicita una contribución a la comunidad que puede ser impartir un taller o presentación. Podrás exponer tus obras al final de la estancia, en Casa Chavela o en un espacio comunitario
Fotos cortesía de davidmfoto
David Hanes-González retrató el box que se viven en los barrios de la CDMX.
David-Hanes González es un mexico-americano que llegó a nuestro país con el fin de conectarse con sus raíces mexicanas, en particular con el boxeo mexicano. Fue cuando descubrió el increíble impacto que tiene México en el box, cuando se propuso crear un proyecto en torno a esta cultura.
Así se cargó de su cámara, y un proyecto que era de dos semanas se convirtió en todo un proceso de dos años, con el fin de crear una conexión mucho más profunda con el país de origen de su familia. Este fotógrafo nacido en Chicago llegó a vivir a México en la pandemia y con muy poco conocimiento de español.
Para Hanes-González el estilo del boxeo mexicano es un reflejo del carácter nacional. En realidad llevó a cabo un proyecto fotográfico bastante interesante. Se trata de fotografías en blanco y negro, pero no son las clásicas fotos de Canelo, o De la Hoy en el ring. Se trata delos combates de la vida diaria, de los barrios y las comunidades capitalinas.
Y es que para muchos amateurs que comienzan en el mundo del boxeo en la Ciudad de México, es una salida única, disciplinada y dedicada para lograr subirse al ring y tener una mejor consciencia de su futuro. Se trata de un proyecto fotográfico de comunidad, evitar los clichés y registrar con su cámara algunos de los gimnasios de box, en lugares como La Merced, Tepito, la Guerrero, Tacubaya, el pueblo de Santa Fe, en la capital, y en municipios del estado de México.
Una de las imágenes favoritas que han marcado a este fotógrafo, es la del boxeador Salvador Pelón Juárez, quien aparece frente a una cruz en uno de los cerros del municipio mexiquense de Chimalhuacán.
Fotos e información cortesía de UNAM a Tepito
La UNAM lleva el arte a los niños del Barrio Bravo de Tepito.
Uno de los lemas humanístico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es que el arte, en sus diferentes manifestaciones, permite cambiar su percepción de la realidad. Muchos más cuando se trata de los más pequeños, ya que aprender diferentes formas de expresarse y pensar de manera crítica ante diversas problemáticas los hace más receptivos.
De ahí, que desde 2012, Diana Rosas Gutiérrez, profesora de la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM, imparte talleres artísticos a niñas, niños y adolescentes del barrio de Tepito. "Nos apropiamos la información del entorno con la percepción para, después, reflexionar y regresarlo en forma de obra artística, que es el proceso de lo que somos y sentimos. Si yo cambio, mi obra lo hace."
Las personas que han tomado los diversos talleres han visto un impacto en sus vidas, como relata Abel Mena: "He aprendido a manejar mis enojos, a colorear, a recortar cosas y a reflexionar sobre lo que me molesta y sobre algunas malas palabras" según la nota compartida por la UNAM.
Los primeros talleres ofrecidos por la profesora en Tepito fueron de fotografía, y desde entonces, se percató de la inmensa necesidad que tenían todos en el lugar, en especial quienes aún no son adultos, de ser escuchados, así como de la enorme riqueza cultural del barrio. "Con frecuencia los niños tepiteños son discriminados, cuando ellos deberían sentirse orgullosos de su origen, cultura e historia. A lo mejor, su entorno no tiene la estética que convencionalmente se cree corresponde al arte; sin embargo, posee expresiones interesantes y únicas, como sus murales."
A la académica de la UNAM (figura reconocida en el barrio a quien los vecinos apodan ?Rojita?, por el color de su cabello) con frecuencia se le ve trabajar con las niñas y niños del lugar, a quienes intenta cambiarles su percepción de la realidad.
Estas actividades, también se llevan a cabo con colectivos como Tepito Arte Acá, Espacio Cultural Tepito; Martes de Arte, y ArTepito, así como personajes de la zona como Mayra Valenzuela, Luis Arévalo, Mario Puga e Isaac Castillo.
Estas actividades también son una forma de desnormalizar la violencia y mostrarles que hay otras maneras de manifestar sus sentimientos; ya que los talleres brindan un espacio de aprendizaje, recreación, convivencia y diversión. Esta experiencia los lleva a considerar los pasos de la profesora Diana e influir en la vida de otras personas.
Para Diana Rosas la academia y el barrio no están peleados, por lo que es importante acercar a las infancias a ciertos legados. Desde los 21 años, Diana Rosas comenzó a dar clases y hoy imparte las asignaturas de Introductorio de Fotografía y los laboratorios-taller de Estrategias Metodológicas, tanto para fotografía en color como para fotografía en blanco y negro.
Asimismo, la convivencia con niñas y niños le permite escucharles y entenderles, y esto la va guiando hacia lo que quiere dedicarse una vez concluida su carrera. Con estas acciones los estudiantes de la FAD dejan de verse solo como personas que están aprendiendo y comienzan a asumirse como futuros docentes que deben reflexionar sobre la educación artística.
Finalmente, estas actividades ayudan a fomentar el pensamiento crítico en niñas, niños y adolescentes, ya que es primordial aprender cosas nuevas y generar cambios a nivel personal.
Fotos cortesía de Playa Miramar
Playa Miramar, un destino con calidad internacional Blue Flag.
Playa Miramar se encuentra en Ciudad Madero, Tamaulipas, que logró la permanencia de la distinción internacional Blue Flag que la pone a la altura de cualquier otra playa del mundo, según lo mencionaron las autoridades locales luego de aprobar la supervisión.
La Foundation For Environmental Education (FEE) realizó una exhaustiva inspección de la zona certificada en cuanto a la calidad del agua, la arena, prestación de servicios incluyentes con discapacitados, para dar un total de 33 exigencias.
Así que Playa Miramar cumple todas las exigencias a nivel nacional e internacional, es un destino limpio, ordenado, tiene buena calidad de agua, arena y todos los servicios son de gran calidad, certificada por Blue Flag. Además, este proceso también incluyó un examen para los prestadores de servicios y el personal guardavidas que tuvieron que demostrar su capacidad de respuesta en rescates acuáticos, con el fin de aprobar este sitio turístico.
Así pues, esta playa bien podría competir con espacios de Europa. Así que ta se estudia la posibilidad de ampliar el territorio certificado e incrementar el recurso económico y humano para mantenerlas en impecables condiciones.
Por supuesto, uno de los lugares más emblemáticos de Playa Miramar es el Malecón o Las Escolleras, al sur de la Playa Miramar, desde donde se pueden observar delfines que se acercan a la costa. También se destaca el Monumento a los Marinos Caídos, en homenaje a los marineros mexicanos de buques petroleros que fueron hundidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Fotos cortesía de La Chalupería
El mole poblano mole es uno de los platillos insignia de todo México.
El mole es uno de los platillos más representativos de todo el país. Y cuando se trata de mole, el poblano es uno de los más deliciosos y tradicionales con una fuerte carga histórica. Por si fuera poco, hay varias teorías que engalanan la creación de este platillo emblemático.
A lo largo de los años se ha dicho que el mole fue creado en 1618, en el Convento de Santa Rosa, por Sor Andrea de la Asunción. Según se dice, la monja creó el mole por inspiración divina y que el aroma se esparció por el lugar, al grado de que la madre superiora rompió su voto de silencio al exclamar: "Hermana, ¡qué buen mole!". Las demás monjas rieron y corrigieron a la madre diciendo: "se dice muele".
Otra historia cuenta que el mole fue creado en una cena para un obispo. Fray Pascual iba a guardar algunos chiles e ingredientes en la alacena, pero tropezó sin querer en la olla donde se cocinaba el guajolote y así fue como se creó toda la mezcla. Por supuesto, es complicado saber quién creó el mole, y lo más probable es que haya sido una creación evolutiva porque es un platillo muy sofisticado, no tiene nada de improvisado y a la larga la receta se ha ido perfeccionando generación tras generación.
Más allá de los detalles históricos, el mole poblano es un platillo de gran importancia en la celebración del Cinco de Mayo. Es importante porque con mole se festejó la victoria militar de las fuerzas armadas mexicanas sobre las francesas en una batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862.
Además, porque el mole poblano se asocia con una historia de origen que involucra a Puebla. Ya que en el siglo XIX, el mole ya se había convertido en un platillo con gran renombre. Asimismo, porque en la Batalla de Puebla se pudo repeler el ataque de Francia y la prolongada campaña militar para apoderarse de México. A pesar de la victoria de México ese día sobre los franceses, pasaría hasta 1867 antes de que México, como nación, lograra deshacerse por completo de sus invasores franceses.
El Cinco de Mayo se festeja un triunfo militar y moral, sobre todo, porque las fuerzas mexicanas no estaban tan preparadas contra ejército francés. Dado que Puebla es donde la gente sintió y ha seguido sintiendo orgullo por los eventos de ese día, estas celebraciones ocupan un lugar destacado en dicha entidad. Además, lo mejor es beber un poco de mezcal poblano con Denominación de Origen.
