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Los billetes mexicanos son una parte muy importante de nuestra cotidianidad. Son, entre otras cosas, la unidad de cambio que usamos para deambular por la sociedad. Un preciado objeto de deseo para algunos y de odio para otros. Y aunque se puede debatir acerca de su importancia real, hay una serie de certezas en las que nadie podría estar desacuerdo: como que su diseño es profundamente es original y hermoso.
La historia del “papel moneda” se remonta a los días de la Independencia, en aquella época debido a una severa crisis económica se dejaron de usar monedas de cobre y se implementaron cartones escritos a mano.
Los primeros billetes, tal cual los conocemos, surgieron durante la Revolución Mexicana. En esa época cada bando imprimió el suyo generando gran desorden en la economía. Esa caótica situación sucedió hasta que los constitucionalistas ganaron e instituyeron un sólo tipo de cambio. Fue así como en 1925 le dieron al Banco de México la facultad exclusiva de fabricarlos.
Este tipo dinero se fue popularizando en el transcurso del siglo XX, hasta que en 1992 apareció el papel moneda que conocemos ahora. Actualmente nuestros billetes son de dimensiones distintas para ayudar a los invidentes a identificarlos. La denominación más baja es de 20 pesos y la más alta de 1,000 pesos y se imprimen en polímero y otros en algodón.
Los colores y las figuras históricas que los protagonizan están en la memoria de casi todos los mexicanos. No obstante, si nos fijamos bien detrás de las caras de nuestros héroes podremos encontrar una serie de paisajes, a veces desconocidos, que ilustran de una manera muy interesante lo bello y diverso que es México.
En honor a lo anterior, los creadores de una ONG llamada “México no es aburrido” difundieron una serie de fotografías que muestran de una manera fabulosa, todos los sitios que aparecen al reverso de los billetes mexicanos. Dándole la oportunidad a las personas de conocer su país desde el horizonte ilustrado que está en nuestro papel moneda.
Para el deleite de nuestros lectores, hemos hecho una recopilación de estas poderosas imágenes…
Este inexistente billete muestra la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores que se ubica en Guanajuato y fue importante en la Independencia.
Este famoso ejemplar azul muestra las espléndidas Pirámides de Monte Albán en el corazón de Oaxaca.
En este papel moneda violáceo está el Acueducto de Morelia, una de las construcciones más antiguas del país.
En el famoso billete del poema, encontrarás un mapa de lo que alguna vez fue la gran Tenochtitlán.
En el billete de Sor Juana está la Hacienda Panoya, un emblemático lugar que en una época sirvió como el refugio de la poetiza.
En los billetes de Diego y Frida está la increíble cúpula de la Catedral de Puebla.
En este papel moneda está la Universidad de Guanajuato, un inmueble construido en 1732 que en otro tiempo fue un hospicio.
Fotos: México no es aburrido
Foto destacada: HBO
Como agua para chocolate es uno de los libros mexicanos más populares de finales del siglo XX. Es un libro escrito por Laura Esquivel, que sigue siendo bastante reconocido en muchas partes del mundo, gracias a que es una gran historia de amor, responsabilidades, prejuicios y tradiciones.
En 1992 esta historia fue llevada al cine por Alfonso Arau, y además de estar en boca de todos, se convirtió en una cinta icónica del cine mexicano; ganando nominaciones en los BAFTA, los Spirit Awards, los Golden Globes, los Goya y los Ariel. Este año, se anunció que habrá una nueva serie y aquí te daremos las razones por las que tienes qué ver esta nueva serie.
El libro Como agua para chocolate ha sido traducido a 17 idiomas. De hecho, a pesar de que Laura Esquivel ha escrito varios libros, su mayor promoción desde 1990, es este libro. Cada año, Esquivel viaja a diferentes países, 28 países en 2023, incluidos Bélgica, Noruega y Portugal, para hablar de lo mismo que ha hablado desde que salió la novela.
Si importar en qué año haya salido este libro es una historia conmovedora. Seguramente la serie será de época, con grandes vestuarios y escenarios, que son un factor que la mayoría de las series de HBO comparten. Todo para conocer la historia de Tita y Pedro, dos jóvenes mexicanos que se enamoran, pero las tradiciones dicen que Tita debe dedicarse a cuidar de sus padres y que por eso no puede casarse.
Aunque todavía hay mucho secreto en torno a la producción, incluso a la fecha de estreno, sabemos que Salma Hayek participa como parte de la producción ejecutiva de la serie, al lado de José Tamez y Siobhan Flynn. En el reparto contará con Irene Azuela, Azul Guaita, Ari Brickman, Ana Valeria Becerril, Andrea Chaparro, Ángeles Cruz y Louis David Horné; una mezcla de talento ya bien conocido por el público latinoamericano y jóvenes promesas de la actuación en México.
Tener una versión renovada de este libro sin duda será especial, porque además es algo que les gusta a los latinoamericanos: amor, “realismo mágico” y la trama se ceñirá sobre México durante la época de la revolución, con Tita de la Garza y Pedro Muzquiz, dos jóvenes cuyo amor no puede ser consumado debido a las costumbres familiares. Podremos ver más adaptaciones de obras importantes para la cultura e identidad latinoamericanas.
La idea de la novela se le ocurrió a Esquivel mientras cocinaba las recetas de su madre y su abuela. Así que en el libro es posible conocer muchas recetas, y buena parte de las acciones giran en torno a la comida. Tanto el libro como la cinta, combinan el placer de la cocina con las pasiones del romance prohibido.
Sin duda, podremos tener un énfasis en diversas recetas que hace Tita, ya que su pasión crece a través de sus buñuelos de crema, su sopa de rabo de toro y su mole de pavo con almendras y semillas de sésamo. Toda la novela entrelaza recetas con su sabrosa trama. Todas las recetas son reales y de uso común en la familia de Esquivel. Sus favoritos personales son los panecillos navideños, la salsa de mole y los chiles en salsa de nueces.
Este libro también pone en evidencia el rol de la mujer durante la Revolución Mexicana, los cambios sociales importantes, la incorporación de las mujeres al mundo laboral, los derechos, etc. Una versión del siglo XXI, sin duda tendrá muchas sorpresas en este sentido.
El libro también es bastante picante, de hecho, Como Agua para Chocolate, hace referencia a una frase coloquial utilizada por los españoles que significa extremo de sentimiento. Se refiere a un punto de ebullición en términos de ira, pasión y sexualidad. La sensualidad y la terrenalidad del carácter mexicano tal como se revela en Como agua para chocolate, es parte de nuestra vida cotidiana.
Foto destacada: @Santiago_Arau
Es bastante posible que hayas escuchado decir que el famoso cruce peatonal más transitado del mundo se encuentra en Shibuya, Japón, y que por este destino atraviesan cerca de 1 millón de personas a diario, con una media de 3.000 peatones cada 47 segundos que permanece abierto.
El cruce de Shibuya se encuentra justo en la salida de la estación de Shibuya, conocida también como «estación Hachikō». Para muchos es un punto referencial en toda visita a Japón, ya que este cruce peatonal representa toda una experiencia de la vida contemporánea en dicho país, además de que, hay qué decirlo, provoca muchos sentimientos sorprendentes.
Es posible ver este lugar en millones de fotos en redes sociales, en muchas cintas e incluso en animes, porque se considera una expresión del nuevo Tokio que encaja a la perfección para definir el cruce y la ciudad usando un símil corporal y humano. Además, coincide con la esencia del barrio de Shibuya, muy relacionado con la juventud y la moda de Tokio.
Además de ser el lugar más transitado del mundo, es un espectáculo y una atracción turística en sí misma. Hay más personas cruzando esta avenida que multitudes en el Time Square de Nueva York, junto con el fluir de la gran masa de personas, es su mayor reclamo turístico.
Si visitas Shibuya, se dice que el Starbucks es la opción más popular para grabar este cruce. El Starbucks está situado justo después de pasar el cruce viniendo desde la estación. Para subir a la primera planta, tendrás que hacerlo mediante unas estrechas escaleras mecánicas que hay en el interior del Starbuck.
¿Shibuya a la mexicana?
¿Sabías que…? El cruce peatonal de Eje Central y Madero es de los más transitados en México.🇲🇽💯 pic.twitter.com/C0ijAvAMqP
— RED Planners (@RedPlanners) February 20, 2023
En la CDMX, también hay un par de lugares inspirados en Shibuya. El primero de ellos es, sin duda, el paso que está en la calle de Madero, debajo de la Torre Latino, que te dirige a la Alameda atravesando eje central y de telón de fondo se encuentra el hermoso Palacio de Bellas Artes.
Claro que este cruce no se compara con nada a la cantidad de personas que pasaje en Japón, ya que en este punto en Eje Central y Madero cruzan aproximadamente 9 mil personas y mil 200 autos por hora, lo que da un total de 300 mil individuos en el transcurso del día, pero también tiene su gran encanto.
Aquí se instauró el Cruce latino, que puso a prueba un diseño es similar al que se ubica en el barrio tokiota de Shibuya. Tras comprobar sus ventajas, esta medida se puso en marcha en ciudades como Kansas City, en Estados Unidos y Vancouver, en Canadá, así como en Santiago de Chile; pero solo fue una prueba piloto en la CMDX.
No obstante, si en lugar de ir hacia el Palacio de Bellas Artes, tomas dirección hacia el sur sobre Eje Central, encontrarás la Friki Plaza: el mejor destino para encontrar todo lo relacionado sobre la cultura asiática. Algunos le llaman la “Akihabara de México”, que a pesar de no compararse, ni de cerca, a todas las tiendas que hay en Japón, es un buen acercamiento lúdico para conocer y comprar anime, mangas, cartas, comida y videojuegos.
El otro punto que podrás encontrar en México, inspirado en el famoso cruce de Shibuya, es la diagonal en forma de “x” en la intersección de Venustiano Carranza y José María Pino Suárez, a un costado de la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Centro Histórico.
Es una intervención que funciona unos minutos en donde todos los semáforos marcarán el alto para los vehículos, lo que permitirá que la gente cruce la calle de la forma tradicional o en diagonal, como se hace en algunos puntos de Japón.
Es el primer cruce en diagonal de la Ciudad de México, que no es como el cruce latino de Eje Central, el paso de cebra que permitía a los peatones cruzar la calle en diagonal, mientras todos los semáforos vehiculares, sin importar su dirección, se encontraban en rojo.
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