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Con pápagos nos referimos a los tohonoo’otham que habitan el desierto de Sonora (para ellos Altar-Yuma) desde hace más de tres milenios y que fueron enseñados por I’itoi, el “Hermano Mayor” a vivir en el ambiente más duro de México.
Los españoles llegaron al desierto a finales del siglo XVII, fueron las misiones jesuitas las que en 1695 incursionaron por primera vez en la Primería Alta, la zona del desierto más accesible y donde vivían los grupos que necesitaban evangelizar.
El inmenso desierto, el hogar de los tohonoo’otham fue dividido en 1853 con el tratado de Gadsen o “Venta de la Mesilla” de donde surgiría lo que hoy conocemos como Sonora y Arizona, en ambas partes ganaderos, mineros y granjeros foráneos tomaron el control de la tierra.
De ese control del lugar en 1898 resultaron trágicos enfrentamientos violentos, en los que muchos pápagos perdieron la vida y otros tantos migraron a las tierras del norte, a Arizona, dejando abandonados sus lugares sagrados.
En México siguen existiendo pequeñas poblaciones pápagas quienes reciben cada año a las comunidades provenientes de Arizona para la celebración de ciertos rituales que sólo pueden festejarse en sus lugares sagrados.
Sus ceremonias siguen y conservan un trasfondo mitológico, sirve de ejemplo el de la que narra la historia de dos seres sobrenaturales que crearon diversas razas de hombres y luego las destruyeron. La lucha de estas deidades resultó en la desaparición del “mago de la tierra”, quien dejó en el mundo a l’itoy o Montezuma el creador de los tohonoo’otham.
Como en otros pueblos originarios, el cristianismo fue absorbido por sus creencias, pero en esta región, a diferencias de otras, surgió la llamada “Iglesia Católica de Sonora”, una versión indígena del catolicismo.
Dicho catolicismo colocó como al santo más importante a San Francisco quien se vincula con lI’itoy, ambos cultos se fundieron en uno solo que combina la petición de la lluvia con la curación, de la cual quedan muy pocos practicantes.
Los pocos médicos tradicionales aún celebran ceremonias colectivas como el vi’ikita y el khui,jin, momentos del año propicios para sanar o adquirir enfermedades, según se cumpla, bien o mal, con las restricciones y tabúes que se deben observar durante su desarrollo y preparación.
Foto destacada: Plumas Atómicas
Jessica García Quijano de Yucatán acaba de convertirse en la primera campeona mundial mexicana de Taekwondo, ganando la medalla de oro en la categoría -52 kilos. Así se dió una una victoria épica de 3-1 contra la egipcia Salma Ali Abid, Jessica ha hecho historia.
Lo anterior sucedió en el Campeonato Mundial de Para Taekwondo Veracruz 2023, que se celebra en Boca del Río. García Quijano venció en cuartos de final a la británica Keira Forsythe con un 12 a 2. En la semifinal la participante de Mongolia, Surenjav Ulambaya, fue descalificada tras dos amonestaciones que eran sintomáticas el empate 6 a 6 que tenía totalmente inmersas a ambas participantes.
La seleccionada nacional, quien ya contaba en su palmarés con dos medallas mundiales de bronce, pasó bye la primera ronda y en cuartos de final eliminó a la británica Keira Forsythe por 12-2. En semifinales, se impusó a Surenjav Ulambayar de Mongolia, quien fue descalificada tras recibir dos amonestaciones, cuando la pelea se encontraba en empate 6-6.
“No tengo palabras, es un trabajo de muchos años, fui paso a paso, combate tras combate, concentrada de mano de mi entrenadora Jannet Alegría, haciendo caso a las indicaciones y con el deseo de querer lograrlo. Ahora sí soy medallista de oro, campeona mundial”, destacó García Quijano, en entrevista con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).
Por su parte, la poblana Claudia Romero Rodríguez, en -47 kilos, venció en cuartos de final 8-3, a Lia Chachibaia de Georgia. En semifinal cayó, en punto de oro, por marcador final de 0-2, con la peruana Leonor Espinoza para adjudicarse la presea de bronce.
Fotos: Prime video
Si todavía no te has enterado de la gran serie A Million Miles Away (A millones de kilómetros) te estás pediendo una historia fascinante que habla del viaje de un niño que creció siendo trabajador agrícola migrante, que se convirtió en astronauta de la NASA.
Esta historia narra la vida de José Hernández, y es una de las películas biográficas que tiene los pies en la tierra, pero no habla de un viaje espacial. Protagonizada por Michael Peña como Hernández y Rosa Salazar como su esposa, quienes mantienen la humanidad de sus personajes incluso cuando la banda sonora y las imágenes van volando. Puede que sea un astronauta, pero todavía es necesario que alguien saque la basura.
Los guionistas Bettina Gilois, Hernán Jiménez y Alejandra Márquez Abella, que basan su historia en las memorias de Hernández, cuentan la historia lineal de un joven talentoso que en el camino recibe ayuda de una maestra, sus padres y su familia extendida. La NASA lo rechaza tantas veces que guarda todas sus cartas de negativa en una carpeta.
Esta cinta de la mexicana Alejandra Márquez Abella es una producción original de Amazon Studios y se basa en la vida de José Moreno Hernández, hijo de padres mexicanos —nacido en California en 1962— que de granjero itinerante, se convirtió finalmente en “el primer trabajador agrícola migrante en viajar al espacio”.
Este astronauta trabajó de niño en los campos entre Michoacán y Stockton, California, pero soñó con surcar los cielos nocturnos en un cohete espacial hasta lograrlo. Sin duda una historia de perseverancia y sacrificio para lograr un sueño que parecía imposible.
En 2009, José Moreno Hernández formó parte de la tripulación de la misión espacial STS-128 de la NASA. Tres años después, publicó su autobiografía Reaching For the Stars que sirve de base para la biopic en desarrollo.
En 2015, cuatro años después de su documental Mal de tierra, Alejandra Márquez Abella estrenó “Semana Santa”, su primer largometraje de ficción, estelarizado por Tenoch Huerta y Anajosé Aldrete Echeverría. Después hizo “Las niñas bien”, drama de época que, desde su premiere mundial en 2018, mereció muy buenas críticas y galardones a nivel global. Un año después, esta misma cinta triunfó en el Festival Internacional de Cine de Palm Springs y en cuatro categorías de la 61ª entrega de los Premios Ariel, donde Abella contendió por Mejor dirección y Mejor guion original.
A Million Miles Away ya se estrenó y puedes verla en la plataforma de streaming Prime Video. Una gran historia para este fin de semana.
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