Foto destacada: INAH
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Kulubá es un yacimiento arqueológico maya a media hora de Tizimín, entre frondosos árboles de chicozapote, la ceiba, el Ramón, el álamo, el chakah, el ha’bin, el tsalam y el balché.
Estaba formado por tres estructuras arquitectónicas principales, las cuales se cree que fueron conjuntos residenciales de linajes importantes. Junto a estas se han encontrado alineamientos de piedra, cimientos de grandes estructuras de madera y hasta el año 2009 se habían descubierto unas 300 estructuras menores.
Pero hoy en día, Kulubá tiene cinco Palacios: de los Mascarones, de la U, Los Chenes y los recién descubiertos de los Pilares y de la Ocupación de los Itzáes. Esto fue revelado por Alfredo Barrera Rubio, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y doctor honoris causa de la Universidad Estatal de Rusia.
La cuarta etapa del proyecto Kulubá se inició en noviembre de 2019 y se terminó en abril de 2021, también dejó al descubierto 29 huesos de entierros, materiales de cerámica, obsidiana y concha, así como dos palacios mayas adjuntos.
Con estos nuevos hallazgos la zona arqueológica que será la número 18 que se abrirá al público en Yucatán el 2023, será atractiva para los turistas ya que cuenta con rejolladas y edificios que albergaron a los reyes mayas, además de su peculiar belleza arquitectónica distribuida entre la selva baja de Yucatán.
Barrera Rubio, que en 45 años de trayectoria ha recibido múltiples reconocimientos en México y Rusia, exploró cuatro estructuras que forman parte del núcleo central de Kulubá, cuya plaza central mide 100 metros de largo por 100 de ancho con 14 estructuras.
Aunque todavía se continúan analizando los artefactos y materiales encontrados, como cerámica, obsidiana, concha y 29 huesos de entierros. En las excavaciones correspondientes a la primera estructura, se encontró el Palacio de los Pilares, que tiene 55 metros de largo, 15 de ancho y bóvedas colapsadas de 6 metros de alto.
En lugar se encontraron palacios en una misma estructura, al segundo lo denominamos el Palacio Itzá o Palacio de la Ocupación de los Itzáes; la primera mansión de los reyes prehispánicos corresponde al Clásico Tardío y la segunda, que estaba integrada a la primera estructura trabajada es un palacio del tipo de galería, con columnas interiores, al Clásico Terminal.
Alfredo Barrera Rubio, galardonado en Rusia por sus aportaciones, investigaciones y descubrimientos sobre la cultura maya, destaca que la importancia del sitio arqueológico es la particularidad de Kulubá es que fue un sitio clave para los itzáes, uno que Chichén Itzá llegó a dominar para controlar la producción de cacao y el acceso a la costa norte que era importante por la producción de sal y el comercio.
“Kulubá es importante porque tiene su infraestructura de pie y muchas diferencias en relación con otros sitios arqueológicos de la región”, precisa. Además, esta zona cuenta con un área poco conocida arquitectónicamente.
Dónde: a 37 kilómetros al sureste de Tizimín, al noreste de Yucatán.
Cuando: lunes a domingo de 08:00 a 17:00
Entrada libre
Foto destacada: Animal Gourmet
Es difícil no ponerse sentimental cuando se habla de las carnitas, la cúspide del cerdo, la versión más perfecta, práctica y eficaz para aprovechar todas las partes del producto para hacer que este platillo se derrita en la boca con una explosión de sabor intenso, grasoso y perfecto.
Las carnitas, de hecho, fueron elegidas como el mejor platillo con cerdo del mundo, según la guía de viaje Taste Atlas. Y es en realidad es una combinación y un sabor perfecto. Como sabemos que estás aquí porque eres amante de este platillo, te vamos a recomendar los lugares que debes visitar en la CDMX para comer carnitas.
Esta taquería es una de las más visitas, porque para muchos son las mejores carnitas de la CDMX. Es un lugar bastante grande y concurrido todos los días a cualquier hora y aunque ofrece tacos de todo, las carnitas son la joya de la corona. Además, tiene una barra de complementos para ponerle de todo y acompañar tus tacos.
Dónde: Clavijero 226, Col. Tránsito
Cuándo: lun-dom: 10:00-18:00
Las Carnitas Zacapu son emblemáticas del barrio de la Lagunilla, y uno de los destinos favoritos de los foodies, ya que las carnitas se sirven con tortillas hechas a mano y puedes probar la famosa achilatada es decir, la pedacería que queda al fondo del cazo, una delicia porque ahí es donde se concentra el sabor de la carne. Otra de las cosas recomendables es la salsa, solo hay roja, pero con un poderoso picor, elaborada a base de chile de árbol, cilantro y tomate en crudo.
Dónde: Callejón Vaquitas #34, barrio Lagunilla, alcaldía Cuauhtémoc.
Cuándo: miercoles a lunes de 10:00 a 17:00
La Flor de Michoacán que está por llegar a los 40 años de tradición en la CMDX, ofrece las auténticas carnitas estilo Michoacán. aquí puedes disfrutar de unos buenos tacos de maciza, surtida para comer en el lugar o para llevar por kilo. Además cuentan con platillos adicionales como chamorros, quesadillas de sesos y chicharrón.
Dónde: Emilio Carranza #313, Col. San Andrés Tetepilco, Iztapalapa, CDMX.
Cuándo: lunes a domingo de 08:00 a 17:00
Aunque muchas personas están inconformes con el alza de precio que tuvo este lugar, otros la siguen llamando “el templo de las carnitas”. Es un destino único con muchos años de tradición con la receta de la familia Zapién de Zacapu, Michoacán. El taco de pancita es supremo, pero en general, las carnitas aquí son de otro mundo.
Dónde: Av. José Martí 142, Escandón
Cuándo: miércoles a lunes de 09:30 a 16:00
Tacos, gorditas, quesadillas de sesos, chicharrón crujiente y otros antojitos que puedes probar está en Los Luises. Además, de las tortillas hechas a mano Los Luises son una gran muestra de la gastronomía michoacana, tanto así que tiene una admirable trayectoria de 50 años; lo encontrarás en la calle Castilla, número 344, Colonia Postal, Benito Juárez, Ciudad de México.
Dónde: Castilla 344, Postal, Benito Juárez, CDMX.
Cuándo: lunes a domingo de 10:00 a 17:00
Foto destacada: Chapultepec org
En el Bosque de Chapultepec también es posible encontrar algunos vestigios arqueológicos que fueron habitados por grupos de agricultores atraídos por las características naturales del lugar. Además, fue considerado un espacio sagrado y en su cima se construyó un adoratorio dedicado a los dioses celestes, mientras que en la parte baja de la ladera sur se creía que habitaba Tlaloc, dios del agua.
De los vestigios culturales que podemos visitar en el cerro del Chapulín, se encuentra una cueva que los toltecas y Mexicas consideraron lugar sagrado y la llamaban Cincalco, que significa en lengua náhuatl “casa de mazorcas”.
La Cueva de Cincalco se encuentra en el Audiorama, donde por cierto puedes escuchar música, tomar un libro prestado o ver un cielo enmarcado por distintos tonos verdes. Este lugar escondido fue, para los ancestros, una puerta, túnel y entrada al inframundo. Un portal de dimensiones místicas donde, con una veladora prendida todo el tiempo, se ofrece luz a los espíritus.
Esta cueva, a un costado de los restos de un ahuehuete, conocido como “El Sargento” -bautizado así por miembros del antiguo Colegio Militar; también aparece en el Códice Florentino, el registro más antiguo que se tiene sobre el lugar, lo describe como un sitio donde todas las almas iban al perder su vida terrenal.
Quienes se adentraban en la caverna se encontraban con el Mictlán, un paraíso lleno de cascadas y manantiales custodiado con Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, dioses de la muerte. Sin embargo, para llegar al final y conseguir el descanso eterno, primero debían pasar por 9 regiones llenas de retos.
La leyenda de este sitio, es que también fue una cueva que tenía acceso al Tlalocan, el paraíso del dios del agua, Tláloc. Este sitio es descrito como carente de sufrimiento, donde abundaba la belleza, el maíz y las aves de plumas preciosas que se posaban para cantar en pirámides de jade.
La importancia del Tlalocan es que los pobladores creían que de ahí venía toda el agua benéfica y necesaria para la tierra de los mortales y, por ello, es que Chapultepec era un lugar lleno de vida. De hecho, cuando los arqueólogos exploraron la zona, encontraron una escultura de Tláloc por lo que, piensan que en ese sitio también hubo un altar de adoración para el dios.
Asimismo, se hace referencia al mito de Huémac, el último gobernante tolteca, quien era un aficionado a los juegos de pelota, y quien hizo una apuesta con los tlaloques, sacerdotes de Tláloc. Huémac ganó y esperaba como recompensa tesoros como jade y plumas de quetzal. Sin embargo, los sacerdotes le otorgaron mazorcas por considerarlas más valiosas. Pero Huémac no las aceptó. Los tlaloques ofendidos por ello le dijeron que, como castigo, su pueblo sufriría 4 años de sequía.
Al final de la sequía, Huémac se reencontró con los sacerdotes y comprendió el valor que tenía el maíz. Se dice que el gobernante, avergonzado, entró a la cueva y ahí mismo se quitó la vida para viajar al Mictlán, el lugar del descanso eterno.
Hoy en día, deseas visitar este espacio podrás puedes relajarte, contemplar la naturaleza, leer, meditar y escuchar música con tranquilidad.
Dónde:Primera Sección del Bosque de Chapultepec; Calzada del Rey, acceso “Las Flores”, a un costado de la Tribuna Monumental.
Cuándo: de martes a domingo de 10:00 a 16:00 horas.
Entrada libre
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