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El parque temático del consorcio alemán Volkswagen en la ciudad de Wolfsburgo, la Autostadt, abrió al público este jueves la exposición del vocho decorado con millones de cuentas coloridas creadas por ocho artistas indígenas mexicanos.
Los artistas indígenas huicholes, de los estados de Nayarit y Jalisco, invirtieron más de nueve mil horas de trabajo y utilizaron millones de chaquiras, sumadas a una gran fantasía, para “aunar la variedad del arte popular mexicano con la carrocería de un vocho de Volkswagen”, de acuerdo con un comunicado de la Autostadt.
El Vochol, contracción formada con las palabras vocho y huichol, el pueblo indígena de la Sierra Madre Occidental, se expuso por primera vez en 2010 en el Museo de Arte Popular de México y después en varios puntos del país, e inició en enero una gira internacional en Estados Unidos.
Este proyecto fue patrocinado por un gran número de organizaciones públicas y privadas como la Asociación de los Amigos del Museo de Arte Popular, la Secretaría de Cultura del Gobierno del estado de Jalisco y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del estado de Nayarit.
Este trabajo tuvo como fin crear un arte folclórico para el siglo XXI, el cual demostrara el ritual de la naturaleza, la habilidad y la cultura Huichol. Las artesanías hechas con chaquira son tradicionales del arte huichol y sus inicios se sitúan en el decorado de cuernos de toro, jícaras, máscaras y cabezas de jaguar.
Originalmente, estas obras eran hechas con semillas, pero hoy día se realizan con cuentas de plástico o vidrio. Este arte continúa evolucionando y se puede apreciar en distintos materiales modernos como piedra, cerámica y metal. Tradicionalmente, las chaquiras o cuentas se fijan con un tipo de cera que proviene de Campeche.
El trabajo fue realizado por ocho artesanos de dos distintas familias huicholes, los Bautistas del estado de Jalisco y los Ortiz del estado de Nayarit. Estos artesanos trabajaron bajo la dirección de Francisco Bautista para decorar el chasis y el interior del vehículo con un exclusivo diseño.
Los huicholes trabajaron durante 4,760 horas y utilizaron 2,277,00 chaquiras, las cuales pesaron noventa kilogramos y fueron fijadas con dieciséis kilogramos de resina, la cual soporta hasta 200° Celsius.
El Vochol se trabajó en el Hospicio Cabañas y duró siete meses siendo su comienzo en mayo del 2010. En una etapa posterior, el trabajo se continuó en el Centro Estatal para las Culturas Populares e Indígenas de Nayarit. Los últimos detalles se realizaron en el Museo de Arte Popular en la Ciudad de México.
Las imágenes plasmadas en el automóvil representan las deidades y cultura huichol. Estas incluyen, en el capó del coche, dos serpientes sobre nubes que emulan la lluvia. En la parte trasera se observan ofrendas y una canoa dirigida por un chamán. A los costados se aprecian los dioses del sol, el fuego, maíz, venados y peyote.
El Vochol combina de una forma muy especial el tradicional vehículo de Volkswagen, icono del consorcio, con el arte popular de México, un país con el que Volkswagen tiene estrechos vínculos desde hace más de cuatro décadas.
Según el embajador de México en Alemania, Francisco N. González Díaz, “el querido vocho, icono alemán del siglo XX y producido en México hasta 2003, se viste de wixáricas (huicholes) y viaja por el mundo mostrando la sinergia de dos mundos, incluso de tres: México, Alemania y los huicholes”.
Las dos millones 277,000 chaquiras utilizadas por los ocho artistas indígenas para decorar el Vochol en un “diseño mágico y colorido” se fijaron sobre la carrocería del vehículo con 16 kilogramos de cera de Campeche, tela y pintura, precisa el comunicado.
El origen del arte huichol radica en una tradición ancestral, la transcripción física de las imágenes visualizadas por los chamanes huicholes; inducidas por la ingestión del Peyote (hikuri), su cactus sagrado, permitiéndoles franquear el umbral de lo desconocido y así relacionarse con lo dívino.
Estas obras de arte huichol son hechas con chaquiras ó con hilo (estambre), cada una lleva simbólicos motivos, historias de la cultura huichol y leyendas huichol de su cosmogonía que nos ofrecen un panorama de la sociedad Huichol.
El vochol se va forrando con chaquiras multicolor, es un trabajo donde se realizan dibujos como el venado, peyote (hikuri), milpas, águilas, soles etc. que representan tradiciones culturales. Las figuras en forradas de chaquira de los huicholes estan llenas de color y simbolismo.
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Tlahuelpuchi es el equivalente a la palabra que designa a esas entidades sobrenaturales nahuas, específicamente del estado de Tlaxcala. Tlahuelpuchi es un ente femenino, aunque también hay tlahuelpuchis varones, que son el equivalente a a las brujas, es una mezcla entre hechicera y vampiresa, con la capacidad de convertirse en vapor, y que se alimentaba de sangre humana y animal, específicamente la sangre de niños.
Los mayas también tienen leyendas de brujas. El X´ Men es el brujo o la bruja, aunque también se usa para designar a los curanderos. Es el equivalente al personaje que en otras lenguas amerindias se denomina chamán o chamana. Entre los mayas de la península de Yucatán y Guatemala, se pronuncia shmen.
También existe el término xtab para referirse a una antigua diosa maya de la muerte. Xtab también se relaciona con la diosa del suicidio y esposa del dios de la muerte, Chamer o Ah Puch, en la mitología maya. Xtab es el nombre maya de una mujer mitológica, según constata el Códice de Dresde.
Xtab, también se relacionaba con la vida futura en el paraíso y los suicidas por ahorcamiento recibían su protección. En la tradición maya, se consideraba el suicidio como una manera extremadamente honorable de morir, a un nivel similar al de las víctimas humanas de sacrificios, guerreros caídos en batalla, mujeres muertas de parto, o sacerdotes.
Pero de todos los entes mayas, es el Uay o Huay que mejor representa la idea de bruja, hechicera. Este vocablo en idioma maya usado en el sureste de México para denominar fenómenos de encantamiento. Aunque también son conocidos con otros nombres, como nahual en el resto de México y en Guatemala.
Para los mayas antiguos, la palabra maya «uay» se usaba para referirse a un animal – real o quimérico – que compartía su esencia con cada persona; una especie de “espíritu acompañante”. En su acepción original, el uay podía también ser un objeto o fenómeno (estrella, fuego, cometa, arco iris) o una combinación de todos los elementos anteriores.
Se dice que “uay” es una palabra que está relacionada con el sueño o la transfiguración mística. Pero después de la conquista, la demonización de las antiguas creencias mayas dio como resultado que el uay pasara a ser visto como algo relacionado con la brujería y la magia negra.
El Uay chivo, Way chivo o Huay chivo es el término con el que la población de Yucatán se refiere al personaje central de una leyenda que es parte de los mitos y de las creencias mágico-fantásticas de las comunidades mayas de la península de Yucatán.
Se dice que es un ente de color negro, enormes cuernos y ojos muy brillantes. Su objetivo es asustar a las personas con su apariencia fantasmagórica. Su costumbre es embestir violentamente a quienes se cruzan en su camino cuando cae la noche.
La idea popular es que hay personas demonizadas que son capaces de convertirse en chivo para atemorizar y presionar a la población en busca de algún fin determinado, normalmente malévolo. La tradición oral de los pueblos en Yucatán hace de estos seres sobrenaturales personajes de historias de toda laya, que involucran a gente del lugar y se refieren a eventos que conciernen a la propia comunidad.
Se cree que el Huay Chivo se alimenta de las gallinas y el ganado de los pobladores y que habita en los más recónditos y lugares oscuros, como en los bosques y montes; sobre todo de la región de Yucatán.
También se dice que este brujo pueda obtener la habilidad de transformarse es necesario que realice un rito oscuro, en el que ofrezca precisamente un chivo, después de una serie de procedimientos, el brujo se convierte en mitad hombre, mitad animal, con esta forma sale a asustar y matar animales. ¿Alguna vez te has encontrado con este ser?
Foto destacada: INAH
El Museo Nacional de Historia es uno de los destinos imprescindibles en la CDMX, ya que cuenta con hermosas salas de exhibición que muestran hermosas pinturas, banderas, documentos, armas, muebles e indumentaria, que han logrado preservarse de un modo increíble a lo largo de mucho tiempo.
Además, es uno de los lugares más especiales, en cuanto a historia de México, ya que preserva objetos representativos de cuatro siglos del devenir de nuestro país; que van desde la invasión de Tenochtitlan en 1521, pasando por el imperio mexicano, la independencia y Revolución Mexicana, en la segunda década del siglo XX.
Además, no hay duda que este museo es una construcción de un asombroso valor simbólico para los mexicanos. Su construcción inició en 1785, durante el gobierno del virrey de la Nueva España, Bernardo de Gálvez.
Originalmente, se creó para ser una casa de descanso; sin embargo, a través del tiempo ha tenido varios usos: fue colegio militar, residencia imperial con Maximiliano y Carlota (1864-1867), residencia presidencial y, desde 1944 abrió como sede del Museo Nacional de Historia.
Con el fin de celebrar los 79 años del Museo Nacional de Historia, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha preparado una serie de actividades culturales para todo el público.
Entre las actividades destacadas está:
27 de septiembre
Recorrido guiado por el Alcázar, a cargo del Área de Servicios Educativos, en grupos de 40 personas. 17:00, 17:15, 18:00 y 18:15 horas.
Danza folclórica del Ballet de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el patio de eventos, a las 17:30 horas; cupo para 150 personas.
Concierto “Dicen que por las noches… Cucurrucucú paloma”, homenaje al compositor Tomás Méndez, con María Elena Leal, Rosy Arango y José Antonio Hernández, en el patio de eventos, a las 19: horas. Cupo para 250 personas.
28 de septiembre
Coro de Trombones del Conservatorio Nacional de Música; Patio del Alcázar, 19:00 horas. Música de Johann Sebastian Bach, Franz Joseph Haydn, Giovanni Gabrieli, Franz Schubert, Jean Sibelius, Georg Philip Telemann, Felix Mendelssohn y Modest Moussorgski.
Charla virtual “Crónica musical, a 200 años de Agustín de Iturbide”, por el perfil en Facebook del museo, a las 19:00 horas. Aquí
Ciclo “Sabores musicales con café, Sopromusic en el Museo Nacional de Historia”, el invitado es el historiador Joaquín E. Espinosa, y conduce el pianista Juan Ramón Sandoval.
29 de septiembre
Ópera El Rajah, Colectivo Artístico AcercARTE, en el Patio del Alcázar, 19:00 horas.
30 de septiembre
Big Band Infantil y Juvenil de México, Patio del Alcázar, a las 19:00 horas.
Dónde: Primera Sección del Bosque de Chapultepec s/n San Miguel Chapultepec, CDMX.
Cuándo: Diversos horarios
Entrada libre a las actividades, cupo limitado.
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