Arte y Cultura
Gilberto Bosques Saldívar, una historia de honor, salvamento y humanidad
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Gilberto Bosques Saldívar, el diplomático mexicano cuya labor en la Francia ocupada por la Alemania Nazi salvó la vida a más de 30 mil refugiados.

Conoce la historia de Gilberto Bosques, el Schindler mexicano.?

 

 

Gilberto Bosques Saldívar es un poblano de la ciudad de Chiautla de Tapia, nacido el 20 de julio de 1892. Fue profesor, periodista, político y diplomático mexicano cuya labor en la Francia ocupada por la Alemania Nazi salvó la vida a más de 30 mil refugiados, y  ha sido relacionada con la del empresario alemán Oskar Schindler,1?2? famoso por la película de Steven Spielberg.?

Más conocido como el Schindler mexicano, también fue combatiente en la Revolución Mexicana, defensor de la soberanía nacional, político progresista y diplomático distinguido por su pasión por México y su extraordinaria labor humanitaria.

 

 

Como Cónsul General de México en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se dedicó a coordinar las tareas de obtención de visas de tránsito y pasajes de barco para miles de refugiados de la guerra civil española, judíos alemanes y austriacos que huían del exterminio nazi, y perseguidos políticos de otras nacionalidades. Según diferentes cálculos, cerca de 30.000 personas salvaron su vida y encontraron refugio en México gracias a la ayuda de este gran hombre que supo poner la diplomacia al servicio de la libertad.

Maestro de vocación y traductor, Gilberto Bosques Saldívar también dirigió el diario El Nacional, además de que fundó y escribió en multitud de revistas revolucionarias; de líder estudiantil maderista pasó a encargarse de la reforma educativa en los estados de Campeche, Yucatán y Tlaxcala bajo las órdenes de Venustiano Carranza, y luego a diputado de Puebla y a responsable de Geográfica Económica del Ministerio de Industria ya en los años 30.

 

 

 

Es en 1938, y nombrado por Lázaro Cárdenas, cuando llega a París con cargo diplomático. Cárdenas tenía depositada en él una gran confianza. El gobierno de Lázaro Cárdenas ya se había movilizado para entregar armas al ejército republicano durante el conflicto civil español, garbanzos y lentejas al pueblo, base de la alimentación racionada del bando vencido.

Cuando en 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial en Europa, hay cerca de 500.000 refugiados españoles errantes en Francia a los que la guerra europea atropella de nuevo. Muchos malvivían al raso o en cabañas de urgencia en campos de internamiento como los de Argelès-sur-Mer, Saint Cyprien, o entre la polvareda de la fábrica de tejas de Les Milles, en Aix, Provence.

 

 

 

El primer paso para ayudar a los refugiados diseminados por los campos de internamiento franceses fue la creación del Servicio de Evacuación de Republicanos Españoles (SERE), por medio del cual se canalizaría ayuda a los españoles tanto en los campos como en el viaje hacia México. El dispositivo nacía bajo la órbita de Juan Negrín, último presidente democrático que tendría España en 40 años.

Ante el SERE, el candidato al exilio tenía que justificar su condición de español y de refugiado político. En 1939, al estallar la Segunda Guerra Mundial, unas 230 mil personas en suelo francés estaban en condiciones de alegar esta situación. El problema es que muchas vivían en los campos de internamiento del sur de Francia y el acceso a estos inquilinos incómodos dependía de la buena voluntad de los responsables de policía, aun cuando el estado francés anhelaba desentenderse de un problema que lo sobrepasaba.

 

 

 

El cuerpo diplomático mexicano envió a los 18 campos de refugiados inspectores con folletos informativos con las condiciones para emigrar a México. La tarea requería cierta urgencia y mucha prudencia porque los mexicanos no eran los únicos que trataban de que los exiliados abandonasen los campos: los enviados de Franco hacían su trabajo al mismo tiempo, pero argumentando las bondades del retorno a España. Bosques no podía decirles a los exiliados que no escucharan a los franquistas, pero informando que México estaba dispuesto a ayudarlos y que les facilitaba los trámites les advertía de alguna manera de que no debían regresar a España.

Entre mayo y septiembre de 1939 parten hacia México los primeros barcos con refugidados: el Sinaïa, con 1,599 pasajeros a bordo, el Ipanema, con cerca de 1,000 refugiados, y el Mexique, con más de 2,000. En septiembre de 1939 el inicio de la Segunda Guerra Mundial suspende las evacuaciones. Las largas listas de espera llegaron a causar cierto malestar, pero Bosques no era partidario de hacer distinción entre exiliados políticos, intelectuales y republicanos de a pie. Era muy consciente de que México necesitaba tanto a obreros como a intelectuales.

 

 

 

En verano de 1940, y tras la ocupación nazi de París, Gilberto Bosques abandona las oficinas de la Embajada de México en la calle Longchamps de París. Su destino será Marsella, una ciudad “libre” de la ocupación nazi pero presa de un gobierno colaboracionista, el del mariscal Pétain, y de espías alemanes o de países aliados, como Japón,  que se instalaban en los mismos edificios donde los consulados organizaban con la respiración contenida la huida de las previsibles víctimas. Allí se establece el consulado, mientras que la delegación mexicana, a cargo del embajador Luis I. Rodríguez, lo hará en Vichy.

La política contra los judíos se recrudece y refugiados de toda Europa llaman a la puerta de Bosques pidiendo auxilio. Todo aquel que justificaba su condición de refugiado obtenía inmediatamente una carta que, al menos en teoría, lo protegía de extradiciones o detenciones arbitrarias. Para evitar que miles de refugiados fueran a parar dentro del programa gubernamental que forzaba a los extranjeros a integrarse en trabajos púbico, y que llenó las obras públicas y las minas de refugiados, Gilberto Bosques organizó también un servicio de empleo con empresas interesadas en la contratación de los exiliados.

 

 

 

El consulado mexicano pagaba a diario la comida de 2.500 refugiados en una veintena de restaurantes de Marsella. También se habilitaron los castillos de La Reynarde y de Montgrand, dos casonas abandonadas de Marsella convertidas en territorio diplomático a finales de 1940, como residencia de unos 500 refugiados republicanos españoles. El cónsul responde también ante refugiados procedentes de Austria, Polonia o Alemania que huyen del antisemitismo. Pero en este caso el gobierno mexicano impondrá límites estrictos: los judíos pueden venir a México pero tendrán que comprometerse por escrito a no quedarse. El documental Visa al paraíso de Lillian Liberman ofrece numerosos testimonios de estas familias judías que alcanzaron México con la ayuda de Gilberto Bosques.

En noviembre de 1942, Marsella es ocupada por los alemanes. Las oficinas de la legación mexicana en Vichy son asaltadas por los nazis y Gilberto Bosques es llevado a Bad Godosberg, en Alemania, donde experimentará 13 meses de reclusión, hasta marzo de 1944.  En Abril de 1944 es trasladado a Lisboa, donde forma parte de un canje por diplomáticos alemanes que habían sido capturados por los aliados.

 

 

Al regresar a México, en la estación de ferrocarril, miles de refugiados que gracias a él obtuvieron su "visa al paraíso", lo esperaban para brindarle su más cálida bienvenida. Atrás quedaban 20 mil republicanos exiliados en México, 30 mil visados concedidos y más de 120 mil refugiados españoles atendidos en alguna de las modalidades de ayuda del consulado mexicano.

Aparte de la firmeza en sus convicciones y en los valores que defendía, lo que más impresionó de Gilberto Bosques fue su modestia. Cuando se le hablaba de todo lo que él había hecho para ayudar al prójimo, a la gente perseguida, a los refugiados, él decía: “¡Si no fui yo solamente, fue México!".

272 tesoros olmecas llegan el Museo Pointe-à-Callière, de Canadá
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La exhibición de Los Olmecas estará acompañará de un catálogo y un programa de conferencias, en el Museo con la mayor vocación histórica de Montreal.

Fotos cortesía de INAH

Los Olmecas llegan al espacio arqueológico más grande de Canadá.

 

El Museo Pointe-à-Callière de Arqueología e Historia, de Canadá, estará presentanto una diversidad de piezas mexicanas, en la exposición Olmecas y las civilizaciones del Golfo de México, con el fin de celebrar la cultura y tradiciones mexicanas en el Vieux Montreal, el corazón antiguo de la ciudad cosmopolita.

Esta exhibición destaca las maravillas del México antiguo, en uno de los museos más espectaculares de Canadá, para que todos conozcan y se maravillen con las culturas mexicanas ancestrales. Se trata de un montaje que ilustra un panorama civilizatorio de más de 3 mil años, y plantear preguntas e imaginar cómo era la vida de esos hombres y mujeres que habitaron en la costa atlántica de México.

La directora ejecutiva del Museo Pointe-à-Callière, Anne Elisabeth Thibault, destacó en un boletín de prensa, que la emoción palpable en todos los colaboradores del recinto a su cargo, por recibir temporalmente los 272 objetos patrimoniales que integran a la muestra, cada uno de los cuales es testigo de la grandeza de múltiples civilizaciones de raíz olmeca.

"La colaboración entre nuestras instituciones es testimonio del compromiso compartido por promover el entendimiento intercultural, por ello, agradecemos a todos los que han hecho posible este esfuerzo. Su contribución creará, sin duda, experiencias enriquecedoras e inolvidables para nuestros conciudadanos y visitantes", expresó la Directora del Museo.

Asimismo, a dicho país del norte llegaron piezas arqueológicas y objetos etnográficos que narran parte de la historia y evolución de la cultura olmeca; que se mantiene viva en los pueblos huastecos, nahuas, totonacos, zoques y otomíes de nuestro país.

Además, se preparó un programa de actividades con recorridos guiados, conferencias y una publicación especial, realizada en colaboración con la revista Beaux-Arts, dedicada a la exposición y en la cual se ofrecerán contenidos complementarios a la misma.

Los artistas mexicanos Erick Meyenberg y Tania Ragasol presentes en la Bienal de Venecia 2024
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Los artistas visuales Erick Meyenberg y Tania Ragasol llevan su exposición al Pabellón de México, en el Antiguo Complejo Naval y Militar Arsenale di Venezia, Italia

Fotos cortesía de Erick Meyenberg

El artista visual Erick Meyenberg y Tania Ragasol, abordan  la migración y la identidad cultural.

 

El artista Erick Meyenberg representa a México en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia con una extraordinaria videoinstalación llamada Nos marchábamos, regresábamos siempre, con la curaduría de la gestora independiente de arte contemporáneo Tania Ragasol.

Esta intervención estará disponible hasta el 24 de noviembre de 2024 en el Pabellón México en la Bienal de Venecia, en Venezia, Italia, y entabla un diálogo con más de 87 pabellones de 87 países.

Erick Meyenberg plantea un dilema fundamental con su obra, en donde parece que todos somos extranjeros donde quiera. La obra exhibe que la condición de extranjería se puede estar viviendo aun no habiendo emigrado a otro país; no sabiendo si la pertenencia en realidad está fijada por la historia, los afectos o los tránsitos que hoy en día la movilidad humana plantea. No es la geografía, la historia o el lenguaje lo que define esas construcciones, sino una realidad en la que nos movemos permanentemente.

No obstante, México ha recibido personas que han tenido que dejar sus raíces o sus orígenes por guerras, por dictaduras, por desastres ambientales o solo porque se enamoran de un país tan diverso. La poética transdisciplinar de Meyenberg, que va de lo visual al lenguaje del movimiento, que transita por las emociones y los afectos de todas las personas que nos vemos reflejadas en una mesa.

El artista creó cerámica para poder desfigurar y transfigurar esas emociones que significan en una mesa compartir los dilemas, las nostalgias, las promesas incumplidas, los sueños, los compromisos; es ahí donde México se enriquece con esta obra poética de Meyenberg y de Tania Ragasol.

Esta propuesta artística habla de la hospitalidad, reconocer que todo proceso migratorio tiene muchas capas de dolor y de pérdida, pero ante una mesa se pueden crear lazos profundos de humanidad, es en donde caben todos esos gestos casi ancestrales, primigenios, que más allá de fronteras y de nacionalidades, nos pueden unir a todos como seres humanos y en donde podemos proyectarnos. Por eso en la videoinstalación hay una mesa blanca, una especie de pantalla en donde cada uno puede proyectar sus memorias.

El trabajo de Tania Ragasol evoca de una manera poética tanto el trayecto de quien migra, de una familia de migrantes, como la posibilidad de un momento, aunque sea un instante, de pertenencia alrededor de una mesa. Es un tributo a aquellos que están por llegar a una nueva realidad de vida, es una invitación a apreciar aquello que nos parece extraño para imaginar conexiones a partir de las maneras más íntimas que tenemos en común todos los seres humanos, como puede ser un beso, un guiño, una caricia, como eso vital que nos une más allá de fronteras, coordenadas, límites.

Sin duda una videoinstalación que nos hace mirar el tema del encuentro, siendo Extranjeros por todas partes. Además, es una exposición representativa de la práctica de un artista mexicano de ascendencia alemana y libanesa, que sabe bien sobre la condición dual y en construcción identitaria del migrante como extranjero, en su tierra y fuera de ella, cuantas veces intente recuperarla. Es una instalación con esculturas de cerámica que combinan elementos de México, Italia y Albania, reflexiona profundamente sobre temas como la migración, la búsqueda de pertenencia y la perenne condición humana de buscar raíces en un mundo transitorio. 

David-Hanes González, fotos de la cultura del boxeo en los barrios de la Ciudad de México
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Las fotografías de David Hanes-González documentan la lucha diaria de los boxeadores en los barrios de la CDMX. 

Fotos cortesía de davidmfoto

David Hanes-González retrató el box que se viven en los barrios de la CDMX.

 

David-Hanes González es un mexico-americano que llegó a nuestro país con el fin de conectarse con sus raíces mexicanas, en particular con el boxeo mexicano. Fue cuando descubrió el increíble impacto que tiene México en el box, cuando se propuso crear un proyecto en torno a esta cultura. 

Así se cargó de su cámara, y un proyecto que era de dos semanas se convirtió en todo un proceso de dos años, con el fin de crear una conexión mucho más profunda con el país de origen de su familia. Este fotógrafo nacido en Chicago llegó a vivir a México en la pandemia y con muy poco conocimiento de español.

Para Hanes-González el estilo del boxeo mexicano es un reflejo del carácter nacional. En realidad llevó a cabo un proyecto fotográfico bastante interesante. Se trata de fotografías en blanco y negro, pero no son las clásicas fotos de Canelo, o De la Hoy en el ring. Se trata delos combates de la vida diaria, de los barrios y las comunidades capitalinas. 

Y es que para muchos amateurs que comienzan en el mundo del boxeo en la Ciudad de México, es una salida única, disciplinada y dedicada para lograr subirse al ring y tener una mejor consciencia de su futuro. Se trata de un proyecto fotográfico de comunidad, evitar los clichés y registrar con su cámara algunos de los gimnasios de box, en lugares como La Merced, Tepito, la Guerrero, Tacubaya, el pueblo de Santa Fe, en la capital, y en municipios del estado de México.

Una de las imágenes favoritas que han marcado a este fotógrafo, es la del boxeador Salvador Pelón Juárez, quien aparece frente a una cruz en uno de los cerros del municipio mexiquense de Chimalhuacán

Joel Merino: el pintor triqui que desea llevar la tradición de Oaxaca a todo el mundo
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Joel Merino es un muralista destacado y originario de la comunidad autónoma de San Juan Copala, Oaxaca.

Fotos cortesía de @joelmerinoart

Joel Merino lleva la tradición y cultura de Oaxaca a varias partes del mundo. 

 

Joel Merino es un artista que representa a la comunidad de San Juan Copala, un municipio autónomo de Oaxaca, que siguió el ejemplo de los Zapatistas de Chiapas para abogar por su pueblo. Como muchos artistas oaxaqueños, ha tenido que superar muchos obstáculos para continuar haciendo su arte; además de llevar su talento y amor por la comunidad triqui a otro continente.

Merino se inició en la pintura de pequeño. Experimentaba con caricaturas y con el paso del tiempo desarrolló su potencial y decidió seguir en la búsqueda de técnicas y tipos de pintura, hasta que conoció a un corredor de arte, esto originó en Merino López un gran interés en la pintura clásica, y al paso del tiempo conoció otras técnicas y expresiones culturales.

Más tarde se enfocó en el grafiti, con la cual se abrió paso al mundo artístico y en el año 2014 comenzó a realizar obras de su propia autoría. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en Querétaro, fue la primera en abrirle sus puertas tras ver su trabajo, de ahí lo invitaron a plasmar su obra en la oficina de la comisión; después de esta experiencia, se interesó más por trabajar murales con la temática de su comunidad de origen.

Hoy en día, su fuente de inspiración para realizar su trabajo es su familia y su pueblo natal que engloba la cultura triqui, este tema lo ha llevado a trascender fronteras no nada más de su estado sino del país, llegando a pintar en algunos países europeos.

Sus exposiciones han pasado por algunos estados de México como lo son Querétaro, Veracruz, León, Tijuana y Oaxaca. Fuera del país se ha presentado en países europeos como Suecia, Bélgica y Francia y, en el 2017, logró conseguir dinero para poder llegar a París en busca de posicionar su obra y cultura. En la capital del arte y del amor lo recibió con los brazos abiertos y Merino consiguió realizar murales en emblemáticas calles de la ciudad luz, resaltando las costumbres, vestimenta y tradiciones de su pueblo pero sobre todo dejando en alto a su país.

Asimismo, el pintor triqui, Joel Merino López, hizo una gira de trabajo con la comunidad migrante triqui en Estados Unidos, donde fomentó la cultura de su comunidad, San Juan Copala. Además, pudo visitar las ciudades de Albany en Nueva York, además de Chicago y Las Vegas.

Tanto las  pinturas como los proyectos de Merino, resaltan a la comunidad triqui, además de dar a conocer parte de la cosmogonía de las comunidades originarias de México. Asimismo, busca que la imagen de Copala no se quede en la idea de la ropa típica, artesanías, ni las problemáticas sociales de la región, más bien espera que a través del arte con sus pinturas se dé a conocer.

Sus obras llevan títulos en el idioma triqui con traducción al español para que la gente conozca la lengua madre del artista, buscando preservarlo para las próximas generaciones.




 

Familia de Filadelfia entrega voluntariamente 22 piezas de arqueología mexicana
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Dentro de las 22 piezas arqueológicas entregadas se destacan figuras antropomorfas y vasijas.

Fotos cortesía de INAH

Estas 22 piezas pasarán a formar parte del patrimonio arqueológico mexicano. 

 

22 piezas arqueológicas pertenecientes al patrimonio mexicano, fueron devueltas por una familia de Filadelfia, Estados Unidos, que otorgaron los ejemplares de manera voluntaria para reintegrarse a los museos mexicanos; a través del Consulado de México en Filadelfia y el Centro Cultural Mexicano (CCM).

La recepción de las piezas se realizó a través de una ceremonia, donde se reconoció a la familia Landau, quienes coleccionaban los artículos, además del trabajo de la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

"Leonard Landau era un amante del arte mexicano y le gustaba coleccionar piezas arqueológicas. Después de su muerte, su esposa e hijos consideramos que lo correcto era devolverlas a México y tuvimos la suerte de encontrar el Centro Cultural Mexicano de Filadelfia", señaló la familia durante la ceremonia.

Asimismo, en octubre pasado, la familia Landau decidió entregar de manera voluntaria 29 piezas al CMM, dada la posible relevancia histórica y cultural de los elementos en cuestión, el Consulado de México en Filadelfia y el CCM acordaron verificar su autenticidad ante el INAH, con el apoyo de la SRE.

En ese sentido, se llevó a cabo un dictamen de las 29 piezas y un arqueólogo del Instituto, especialista en culturas precolombinas, quien concluyó que 22 de ellas, entre las cuales destacan figuras antropomorfas y vasijas, concuerdan con artefactos elaborados por diversas culturas mesoamericanas que habitaron México entre los años 400 a.C. y 1521 d.C., por lo que se les considera patrimonio arqueológico de la nación.

Por otro lado, las otras siete piezas fueron dictaminadas como de reciente manufactura o que no se puede determinar su origen por el estado de las mismas. Tras todos los dictámenes se coordinó la entrega de las piezas, para que lleguen a México para su investigación, conservación y cuidado.

Durante la entrega de las piezas, el cónsul mexicano en Filadelfia, Carlos Obrador Garrido, resaltó la atención de esta administración a la recuperación y "rematriación" de piezas arqueológicas. "Celebramos que se haya podido concretar el retorno a nuestro país de estas 22 piezas, mismas que nunca debieron haber salido de México”, dijo Garrido.

¿Por qué todos están amando a los Ternurines? Aquí te lo contamos todo
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Los Lindos Ternurines no son nuevos, pero sí son parte de un fenómeno cultural que disfrutan niños y grandes. 

Fotos cortesía de Ternurines México

Los Ternurines están de vuelta en toda la Ciudad de México. 

 

El coleccionismo, la moda retro y la nostalgia han traído el regreso de los llamados Ternurines, al grado de que muchos jóvenes se han vuelto amantes de estas pequeñas figurillas. 

Se trata de Sylvanian Families, unas figuras coleccionables que surgieron en Japón y, pero que en América se vendieron como Calico Critters y en México los llamaron Lindos Ternurines. Hoy en día son apreciados por niños y adultos, porque son juguetes atractivos para los menores y objetos de colección, con algunos ejemplares alcanzando altos valores en el mercado en línea.

De hecho, la línea de juguetes con el nombre de Sylvanian Families salió al mercado en 1985, y en 1993 fueron rebautizados y lanzados en los Estados Unidos como Calico Critters. La primera línea de Sylvanian Families en Japón incluía una casa, 11 muebles y 9 familias de animales, como los osos Timbertop y Evergreen,  los conejos,  ratones, conejos grises y los topos llamados McBurrow.

Cada familia tiene características animales realistas, como pelaje, bigotes y colas, así como su propia personalidad, ropa e historia de fondo, lo que los hace perfectos para el juego imaginativo. Forman parte de una colección que incluye juegos, muebles en miniatura e incluso vehículos de juguete para que puedas crear un mundo lleno de criaturas, casas, tiendas y transporte.

Estas figuras son fabricadas en Vietnam y China, pero la empresa que los produce, Epoch Co., Ltd., tiene su sede en Tokio, Japón. Dicha empresa japonesa de juguetes y juegos que existe desde 1958, y está clasificada como la tercera empresa de juguetes más grande de Japón. Se especializa en crear juguetes de alta calidad para niños que fomentan el juego imaginativo. De hecho, la línea Calico Critters es una de sus colecciones de juguetes más populares, amada tanto por niños como por padres.

Estos coleccionables surgieron de la combinación de casas de muñecas y figuras animales con un toque humano. Las primeras ediciones de los Ternurines estaban hechas de cerámica y madera. Años más tarde, los juguetes evolucionaron con el uso de plástico y metal para aumentar su durabilidad y resistencia, que suelen romper con facilidad la tela o la cerámica. Cada personaje posee su propio nombre, fecha de nacimiento y personalidad, lo que fomenta la creatividad y desarrollo de habilidades sociales y emocionales en quienes juegan con ellos.

Como muchas cosas vintage, Los Ternurines se han convertido en una sensación en redes sociales y las tendencias de compra en línea son un producto de la firma Epoch. Con casi 40 años de existencia, hay algunas figuritas que pueden llegar a valer hasta 11 mil pesos en las subastas de los coleccionistas.

Algunas figuras se han convertido en raros objetos de deseo para coleccionistas, evaluándose a precios altos en el mercado de segunda mano. La figura denominada "White Chocolate Rabbit", fue vendida en 700 dólares en una subasta en Ebay durante el año 2023. 

Asimismo, los Sylvanian Families son muy populares en plataformas digitales como TikTok, donde usuarios realizan parodias y cuentan historias utilizando estas figuras. En la Ciudad de México, los aficionados a los Ternurines tienen varias opciones para comprar estos preciados compañeros:

Tianguis de juguetes de Banderas

Fan Center de Eje Central, en el Centro Histórico de la CDMX.

Cong Cha Condesa

Jugueteria Eliacim, en el Centro Histórico.

El Mariachi Potosino: historia, identidad y política cultural en Chicago
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El Mariachi Potosino ayudó a consolidar la identidad mexicana en un momento de gran tensión política. 

Fotos cortesía de Archivo Emotivo

El Mariachi Potosino logró hacer una gran historia en la ciudad de Chicago. 

 

Este museo de Estados Unidos le rinde un homenaje a la historia de José Cruz Alba (1918-2002) y su viaje como inmigrante desde Durango a Chicago. Es una exposición llena de fotografías antiguas, videos, recortes de periódicos y entrevistas a familiares que muestran la trayectoria del Mariachi Potosino, que fue más que reconocido en Chicago. 

La mayor parte de lo que se escribe sobre la historia del Mariachi en Estados Unidos no reconoce a los estados del Medio Oeste y a ciudades como Chicago como centros importantes de actuación del Mariachi. Pero  viaje musical del Mariachi Potosino ayudó a establecer al género musical y al mismo tiempo reflejar el crecimiento de la identidad cultural mexicana en todo el país.   

El Mariachi Potosino se fundó en 1958 y terminó en 2019, siendo una parte integral de celebraciones familiares, eventos comunitarios, desfiles de la ciudad, protestas y reuniones políticas en las comunidades mexicanas de Chicago y más allá. De hecho, la música de este Mariachi se convirtió en un símbolo de identidad, un referente cultural inmediatamente y un puente hacia casa.

José Cruz Alba fue un músico y activista, que conoció a Richard Nixon, a miembros del Partido Pantera Negra, Richard J. Daley y Jane Byrne. Fue el director del Mariachi Potosino por más de 60 años, y tocó en todos los rincones de Chicago; además de dar serenatas y tocar en bodas, cumpleaños, bautizos y más celebraciones. 

Este Mariachi tenía seis mexicanos que tocaban en Chicago en la década de 1960. Llevaban sombreros, trajes de charros y ahora están en una galería del Museo Nacional de Arte Mexicano en Pilsen, Chicago. El Mariachi Potosino también estuvo presente en un mitin de JFK en 1960, tocaron para Robert Kennedy y muchas personalidades más. 

En los años 60 en Estados Unidos, ser mexico-americano no era nada fácil, ni mucho menos lo era ser obrero toda la semana y reinventarse como mariachis los fines de semana. Es por eso que el Mariachi Potosino fue una novedad en Chicago. Aparecieron en la televisión local, y tuvieron un éxito menor en la radio regional con una canción de amor con tintes de bolero. Aunque el resto de los miembros del mariachi iban y venían, José Cruz Alba siempre fue el director.

José Cruz Alba murió en 2002, varios años después de sufrir un derrame cerebral. Es por eso que el mariachi es homenajeado en el Museo Nacional de Arte Mexicano con un nombre bastante elegante: Mariachi Potosino: The Sound of Home (Mariachi Potosino: el sonido de casa). El Museo Nacional de Arte Mexicano, se encuentra en 1852 W. 19th St., Chicago. 

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