Arte y Cultura
Datos curiosos del Jarabe Tapatío: la danza rebelde de la Nueva España
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El Jarabe Tapatío es una danza de cortejo zapateado y aquí te dejamos una descripción de su origen, música, vestuario e identidad cultural.

Foto destacada: IMER

El Jarabe Tapatio fue una danza rebelde que representó nuestra identidad cultural.

 

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Alegre, elegante y colorido, la danza que hace llorar a cualquier mexicano que se encuentre en el extranjero, el Jarabe Tapatío, el zapateado más famoso del mundo, reproducido por las calles y teatros de las ciudades más grandes. El jarabe que todos los nacidos en la década de los 80 bailamos en la primaria, el que se sirve a grandes cucharadas para disfrute de los extranjeros que quieren conocer nuestro México ¿qué tanto sabemos de él? Aquí una radiografía.

 

 

Origen del Jarabe Tapatío

 

 

Su origen no tiene precisión, pero más de un estudioso de las danzas tradicionales mexicanas explica que el Jarabe Tapatío llegó a México en el siglo XV en forma de un baile gitano, se trataba de un baile popular que seguramente ejecutaban los soldados para pasar el rato, al calor del vino y las fogatas. No tuvo que pasar mucho tiempo para que los indígenas empezaran a imitar las extrañas contorciones de los españoles.

"Pan de manteca", "Pan de Jarabe" y "Jarabe Gatuno" son solo algunos de los sones que musicalizaban los pasos que los indígenas observaban y empezaban a introducir a sus propias danzas, de entre muchos empezó a destacar aquel que narraba un cortejo con esa sensualidad tan característica de los gitanos, los sacerdotes que intentaban enseñar la doctrina cristiana a los habitantes de la Nueva España lo prohibieron de inmediato? era algo así como el reguetón de la nueva España, odiado por los doctrinarios y sensual para los rebeldes indígenas en busca del deseo.

 

 

Como todo lo que se prohíbe, este jarabe empezó a replicarse por todos lados a manera de rebeldía y un reclamo por la libertad de prácticas que poco a poco empezaban a ser arrebatadas, hasta estas que "no eran propias de los pueblos originarios" pero que empezaron a absorberse, el Jarabe Tapatío es un ejemplo pues en menos de lo esperado ya formaba parte de fiestas religiosas.

Este proceso tomó muchísimos años en los que se difundió por todo México desde el Bajío hasta las Californias donde el zapateado se quedó para adaptarse a los diferentes bailes regionales. Fue hasta a la entrada del siglo XIX que el Jarabe se popularizó tanto que comenzó a considerarse parte de la identidad nacional, pero una vez más empezó considerarse de mal gusto por su sensualidad.

 

 

El nombre del Jarabe Tapatío

 

 

El nombre del Jarabe Tapatío tiene su origen también. "Jarabe" proviene de la palabra xarab, que quiere decir mezcla de esencias y hierbas, no podía ser más acertado considerando que esta danza es una tremenda mezcla cultural. "Tapatío" proviene del vocablo náhuatl tlapatiotl, que significa "que vale por tres", y de esta forma se nombraba al sistema comercial exclusivo de los tianguis de Guadalajara durante el siglo XVII.

 

 

La música del Jarabe Tapatío

 

 

La música que acompaña a la danza del Jarabe Tapatío también es de origen gitano, pertenece a la larga lista de fandangos y jarabes españoles, pero aunque de ahí parte, se tiene localizada una versión de 1816 en la que se combinaron los temas "Los dos gemelos" o "Los tíos burlados".

La siguiente versión pertenece a José de Jesús González Rubio, la versión que hoy conocemos tiene origen en 1924 cuando se combinaron diferentes jarabes nacionales sobre todo de la región de Jalisco. El Jarabe Tapatío era interpretado por un mariachi como el Vargas de Tecalitlán, fundado en 1898 compuesto por arpa, vihuela, guitarra, guitarrón, trompetas y violines.

 

 

Zapateado del Jarabe Tapatío

 

 

Sin el zapateado el jarabe no sería un jarabe, desde sus orígenes españoles, el zapateado ha representado el paso firme del acto rebelde, la inconformidad, por eso en España aún existe la expresión ¡me armó un fandango! Es decir, un reclamo como aquel que se hizo durante la Independencia y la Revolución de nuestro país, momentos en los que el Jarabe Tapatío tomó tanta importancia. Para que se escuche mejor el zapateado el Jarabe debe zapatearse sobe una tarima.

 

 

Jarabe Tapatío: una danza de cortejo

 

 

Durante toda la danza, el charro trata de buscar la cara de la bailarina para besarla, por medio de sus galanterías traducidas en zapateados y movimientos con los brazos en la espalda, como portándose bien. Hacia el final de la danza el charro lanza sombrero al suelo como último recurso de su conquista, exitoso por fin, el mariachi toca una fanfarria que cierra con la bailarina recogiendo el sobrero y alzándolo sobre su cabeza al tiempo que recarga su pierna sobre la rodilla del mariachi inclinado ante ella.

 

El vestuario del Jarabe Tapatío

 

 

La vestimenta de los bailarines es una característica importante del Jarabe Tapatío. En la versión del siglo XIX se trataba de una china poblano y un charro de pantalón ajustado, blusa de manta, ceñidor rojo, sombrero de palma y frazadas al hombro. Con el tiempo la vestimenta ha tenido sus ajustes, ya bien por la introducción de modas, nuevas telas y hasta por las escuelas de danza folclórica que surgieron en el siglo XX.  

 

Jarabe Tapatío, la Danza Nacional

 

 

La primera vez que el Jarabe Tapatío tomó relevancia nacional fue durante la Independencia de México, en 1821 fue tomado como símbolo de identidad mexicana que adquirió verdadera relevancia hasta la segunda vez que se tomó como una especie de símbolo de rebeldía durante la Revolución de nuestro país. Hasta 1910 fue bailado oficialmente en el Teatro Coliseo de la CDMX como símbolo nacional, que luego se retomaría como parte de los esfuerzos postrevolucionarios para construir la identidad del México del siglo XX.

 

 

272 tesoros olmecas llegan el Museo Pointe-à-Callière, de Canadá
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La exhibición de Los Olmecas estará acompañará de un catálogo y un programa de conferencias, en el Museo con la mayor vocación histórica de Montreal.

Fotos cortesía de INAH

Los Olmecas llegan al espacio arqueológico más grande de Canadá.

 

El Museo Pointe-à-Callière de Arqueología e Historia, de Canadá, estará presentanto una diversidad de piezas mexicanas, en la exposición Olmecas y las civilizaciones del Golfo de México, con el fin de celebrar la cultura y tradiciones mexicanas en el Vieux Montreal, el corazón antiguo de la ciudad cosmopolita.

Esta exhibición destaca las maravillas del México antiguo, en uno de los museos más espectaculares de Canadá, para que todos conozcan y se maravillen con las culturas mexicanas ancestrales. Se trata de un montaje que ilustra un panorama civilizatorio de más de 3 mil años, y plantear preguntas e imaginar cómo era la vida de esos hombres y mujeres que habitaron en la costa atlántica de México.

La directora ejecutiva del Museo Pointe-à-Callière, Anne Elisabeth Thibault, destacó en un boletín de prensa, que la emoción palpable en todos los colaboradores del recinto a su cargo, por recibir temporalmente los 272 objetos patrimoniales que integran a la muestra, cada uno de los cuales es testigo de la grandeza de múltiples civilizaciones de raíz olmeca.

"La colaboración entre nuestras instituciones es testimonio del compromiso compartido por promover el entendimiento intercultural, por ello, agradecemos a todos los que han hecho posible este esfuerzo. Su contribución creará, sin duda, experiencias enriquecedoras e inolvidables para nuestros conciudadanos y visitantes", expresó la Directora del Museo.

Asimismo, a dicho país del norte llegaron piezas arqueológicas y objetos etnográficos que narran parte de la historia y evolución de la cultura olmeca; que se mantiene viva en los pueblos huastecos, nahuas, totonacos, zoques y otomíes de nuestro país.

Además, se preparó un programa de actividades con recorridos guiados, conferencias y una publicación especial, realizada en colaboración con la revista Beaux-Arts, dedicada a la exposición y en la cual se ofrecerán contenidos complementarios a la misma.

Los artistas mexicanos Erick Meyenberg y Tania Ragasol presentes en la Bienal de Venecia 2024
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Los artistas visuales Erick Meyenberg y Tania Ragasol llevan su exposición al Pabellón de México, en el Antiguo Complejo Naval y Militar Arsenale di Venezia, Italia

Fotos cortesía de Erick Meyenberg

El artista visual Erick Meyenberg y Tania Ragasol, abordan  la migración y la identidad cultural.

 

El artista Erick Meyenberg representa a México en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia con una extraordinaria videoinstalación llamada Nos marchábamos, regresábamos siempre, con la curaduría de la gestora independiente de arte contemporáneo Tania Ragasol.

Esta intervención estará disponible hasta el 24 de noviembre de 2024 en el Pabellón México en la Bienal de Venecia, en Venezia, Italia, y entabla un diálogo con más de 87 pabellones de 87 países.

Erick Meyenberg plantea un dilema fundamental con su obra, en donde parece que todos somos extranjeros donde quiera. La obra exhibe que la condición de extranjería se puede estar viviendo aun no habiendo emigrado a otro país; no sabiendo si la pertenencia en realidad está fijada por la historia, los afectos o los tránsitos que hoy en día la movilidad humana plantea. No es la geografía, la historia o el lenguaje lo que define esas construcciones, sino una realidad en la que nos movemos permanentemente.

No obstante, México ha recibido personas que han tenido que dejar sus raíces o sus orígenes por guerras, por dictaduras, por desastres ambientales o solo porque se enamoran de un país tan diverso. La poética transdisciplinar de Meyenberg, que va de lo visual al lenguaje del movimiento, que transita por las emociones y los afectos de todas las personas que nos vemos reflejadas en una mesa.

El artista creó cerámica para poder desfigurar y transfigurar esas emociones que significan en una mesa compartir los dilemas, las nostalgias, las promesas incumplidas, los sueños, los compromisos; es ahí donde México se enriquece con esta obra poética de Meyenberg y de Tania Ragasol.

Esta propuesta artística habla de la hospitalidad, reconocer que todo proceso migratorio tiene muchas capas de dolor y de pérdida, pero ante una mesa se pueden crear lazos profundos de humanidad, es en donde caben todos esos gestos casi ancestrales, primigenios, que más allá de fronteras y de nacionalidades, nos pueden unir a todos como seres humanos y en donde podemos proyectarnos. Por eso en la videoinstalación hay una mesa blanca, una especie de pantalla en donde cada uno puede proyectar sus memorias.

El trabajo de Tania Ragasol evoca de una manera poética tanto el trayecto de quien migra, de una familia de migrantes, como la posibilidad de un momento, aunque sea un instante, de pertenencia alrededor de una mesa. Es un tributo a aquellos que están por llegar a una nueva realidad de vida, es una invitación a apreciar aquello que nos parece extraño para imaginar conexiones a partir de las maneras más íntimas que tenemos en común todos los seres humanos, como puede ser un beso, un guiño, una caricia, como eso vital que nos une más allá de fronteras, coordenadas, límites.

Sin duda una videoinstalación que nos hace mirar el tema del encuentro, siendo Extranjeros por todas partes. Además, es una exposición representativa de la práctica de un artista mexicano de ascendencia alemana y libanesa, que sabe bien sobre la condición dual y en construcción identitaria del migrante como extranjero, en su tierra y fuera de ella, cuantas veces intente recuperarla. Es una instalación con esculturas de cerámica que combinan elementos de México, Italia y Albania, reflexiona profundamente sobre temas como la migración, la búsqueda de pertenencia y la perenne condición humana de buscar raíces en un mundo transitorio. 

David-Hanes González, fotos de la cultura del boxeo en los barrios de la Ciudad de México
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Las fotografías de David Hanes-González documentan la lucha diaria de los boxeadores en los barrios de la CDMX. 

Fotos cortesía de davidmfoto

David Hanes-González retrató el box que se viven en los barrios de la CDMX.

 

David-Hanes González es un mexico-americano que llegó a nuestro país con el fin de conectarse con sus raíces mexicanas, en particular con el boxeo mexicano. Fue cuando descubrió el increíble impacto que tiene México en el box, cuando se propuso crear un proyecto en torno a esta cultura. 

Así se cargó de su cámara, y un proyecto que era de dos semanas se convirtió en todo un proceso de dos años, con el fin de crear una conexión mucho más profunda con el país de origen de su familia. Este fotógrafo nacido en Chicago llegó a vivir a México en la pandemia y con muy poco conocimiento de español.

Para Hanes-González el estilo del boxeo mexicano es un reflejo del carácter nacional. En realidad llevó a cabo un proyecto fotográfico bastante interesante. Se trata de fotografías en blanco y negro, pero no son las clásicas fotos de Canelo, o De la Hoy en el ring. Se trata delos combates de la vida diaria, de los barrios y las comunidades capitalinas. 

Y es que para muchos amateurs que comienzan en el mundo del boxeo en la Ciudad de México, es una salida única, disciplinada y dedicada para lograr subirse al ring y tener una mejor consciencia de su futuro. Se trata de un proyecto fotográfico de comunidad, evitar los clichés y registrar con su cámara algunos de los gimnasios de box, en lugares como La Merced, Tepito, la Guerrero, Tacubaya, el pueblo de Santa Fe, en la capital, y en municipios del estado de México.

Una de las imágenes favoritas que han marcado a este fotógrafo, es la del boxeador Salvador Pelón Juárez, quien aparece frente a una cruz en uno de los cerros del municipio mexiquense de Chimalhuacán

Joel Merino: el pintor triqui que desea llevar la tradición de Oaxaca a todo el mundo
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Joel Merino es un muralista destacado y originario de la comunidad autónoma de San Juan Copala, Oaxaca.

Fotos cortesía de @joelmerinoart

Joel Merino lleva la tradición y cultura de Oaxaca a varias partes del mundo. 

 

Joel Merino es un artista que representa a la comunidad de San Juan Copala, un municipio autónomo de Oaxaca, que siguió el ejemplo de los Zapatistas de Chiapas para abogar por su pueblo. Como muchos artistas oaxaqueños, ha tenido que superar muchos obstáculos para continuar haciendo su arte; además de llevar su talento y amor por la comunidad triqui a otro continente.

Merino se inició en la pintura de pequeño. Experimentaba con caricaturas y con el paso del tiempo desarrolló su potencial y decidió seguir en la búsqueda de técnicas y tipos de pintura, hasta que conoció a un corredor de arte, esto originó en Merino López un gran interés en la pintura clásica, y al paso del tiempo conoció otras técnicas y expresiones culturales.

Más tarde se enfocó en el grafiti, con la cual se abrió paso al mundo artístico y en el año 2014 comenzó a realizar obras de su propia autoría. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en Querétaro, fue la primera en abrirle sus puertas tras ver su trabajo, de ahí lo invitaron a plasmar su obra en la oficina de la comisión; después de esta experiencia, se interesó más por trabajar murales con la temática de su comunidad de origen.

Hoy en día, su fuente de inspiración para realizar su trabajo es su familia y su pueblo natal que engloba la cultura triqui, este tema lo ha llevado a trascender fronteras no nada más de su estado sino del país, llegando a pintar en algunos países europeos.

Sus exposiciones han pasado por algunos estados de México como lo son Querétaro, Veracruz, León, Tijuana y Oaxaca. Fuera del país se ha presentado en países europeos como Suecia, Bélgica y Francia y, en el 2017, logró conseguir dinero para poder llegar a París en busca de posicionar su obra y cultura. En la capital del arte y del amor lo recibió con los brazos abiertos y Merino consiguió realizar murales en emblemáticas calles de la ciudad luz, resaltando las costumbres, vestimenta y tradiciones de su pueblo pero sobre todo dejando en alto a su país.

Asimismo, el pintor triqui, Joel Merino López, hizo una gira de trabajo con la comunidad migrante triqui en Estados Unidos, donde fomentó la cultura de su comunidad, San Juan Copala. Además, pudo visitar las ciudades de Albany en Nueva York, además de Chicago y Las Vegas.

Tanto las  pinturas como los proyectos de Merino, resaltan a la comunidad triqui, además de dar a conocer parte de la cosmogonía de las comunidades originarias de México. Asimismo, busca que la imagen de Copala no se quede en la idea de la ropa típica, artesanías, ni las problemáticas sociales de la región, más bien espera que a través del arte con sus pinturas se dé a conocer.

Sus obras llevan títulos en el idioma triqui con traducción al español para que la gente conozca la lengua madre del artista, buscando preservarlo para las próximas generaciones.




 

Familia de Filadelfia entrega voluntariamente 22 piezas de arqueología mexicana
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Dentro de las 22 piezas arqueológicas entregadas se destacan figuras antropomorfas y vasijas.

Fotos cortesía de INAH

Estas 22 piezas pasarán a formar parte del patrimonio arqueológico mexicano. 

 

22 piezas arqueológicas pertenecientes al patrimonio mexicano, fueron devueltas por una familia de Filadelfia, Estados Unidos, que otorgaron los ejemplares de manera voluntaria para reintegrarse a los museos mexicanos; a través del Consulado de México en Filadelfia y el Centro Cultural Mexicano (CCM).

La recepción de las piezas se realizó a través de una ceremonia, donde se reconoció a la familia Landau, quienes coleccionaban los artículos, además del trabajo de la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

"Leonard Landau era un amante del arte mexicano y le gustaba coleccionar piezas arqueológicas. Después de su muerte, su esposa e hijos consideramos que lo correcto era devolverlas a México y tuvimos la suerte de encontrar el Centro Cultural Mexicano de Filadelfia", señaló la familia durante la ceremonia.

Asimismo, en octubre pasado, la familia Landau decidió entregar de manera voluntaria 29 piezas al CMM, dada la posible relevancia histórica y cultural de los elementos en cuestión, el Consulado de México en Filadelfia y el CCM acordaron verificar su autenticidad ante el INAH, con el apoyo de la SRE.

En ese sentido, se llevó a cabo un dictamen de las 29 piezas y un arqueólogo del Instituto, especialista en culturas precolombinas, quien concluyó que 22 de ellas, entre las cuales destacan figuras antropomorfas y vasijas, concuerdan con artefactos elaborados por diversas culturas mesoamericanas que habitaron México entre los años 400 a.C. y 1521 d.C., por lo que se les considera patrimonio arqueológico de la nación.

Por otro lado, las otras siete piezas fueron dictaminadas como de reciente manufactura o que no se puede determinar su origen por el estado de las mismas. Tras todos los dictámenes se coordinó la entrega de las piezas, para que lleguen a México para su investigación, conservación y cuidado.

Durante la entrega de las piezas, el cónsul mexicano en Filadelfia, Carlos Obrador Garrido, resaltó la atención de esta administración a la recuperación y "rematriación" de piezas arqueológicas. "Celebramos que se haya podido concretar el retorno a nuestro país de estas 22 piezas, mismas que nunca debieron haber salido de México”, dijo Garrido.

¿Por qué todos están amando a los Ternurines? Aquí te lo contamos todo
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Los Lindos Ternurines no son nuevos, pero sí son parte de un fenómeno cultural que disfrutan niños y grandes. 

Fotos cortesía de Ternurines México

Los Ternurines están de vuelta en toda la Ciudad de México. 

 

El coleccionismo, la moda retro y la nostalgia han traído el regreso de los llamados Ternurines, al grado de que muchos jóvenes se han vuelto amantes de estas pequeñas figurillas. 

Se trata de Sylvanian Families, unas figuras coleccionables que surgieron en Japón y, pero que en América se vendieron como Calico Critters y en México los llamaron Lindos Ternurines. Hoy en día son apreciados por niños y adultos, porque son juguetes atractivos para los menores y objetos de colección, con algunos ejemplares alcanzando altos valores en el mercado en línea.

De hecho, la línea de juguetes con el nombre de Sylvanian Families salió al mercado en 1985, y en 1993 fueron rebautizados y lanzados en los Estados Unidos como Calico Critters. La primera línea de Sylvanian Families en Japón incluía una casa, 11 muebles y 9 familias de animales, como los osos Timbertop y Evergreen,  los conejos,  ratones, conejos grises y los topos llamados McBurrow.

Cada familia tiene características animales realistas, como pelaje, bigotes y colas, así como su propia personalidad, ropa e historia de fondo, lo que los hace perfectos para el juego imaginativo. Forman parte de una colección que incluye juegos, muebles en miniatura e incluso vehículos de juguete para que puedas crear un mundo lleno de criaturas, casas, tiendas y transporte.

Estas figuras son fabricadas en Vietnam y China, pero la empresa que los produce, Epoch Co., Ltd., tiene su sede en Tokio, Japón. Dicha empresa japonesa de juguetes y juegos que existe desde 1958, y está clasificada como la tercera empresa de juguetes más grande de Japón. Se especializa en crear juguetes de alta calidad para niños que fomentan el juego imaginativo. De hecho, la línea Calico Critters es una de sus colecciones de juguetes más populares, amada tanto por niños como por padres.

Estos coleccionables surgieron de la combinación de casas de muñecas y figuras animales con un toque humano. Las primeras ediciones de los Ternurines estaban hechas de cerámica y madera. Años más tarde, los juguetes evolucionaron con el uso de plástico y metal para aumentar su durabilidad y resistencia, que suelen romper con facilidad la tela o la cerámica. Cada personaje posee su propio nombre, fecha de nacimiento y personalidad, lo que fomenta la creatividad y desarrollo de habilidades sociales y emocionales en quienes juegan con ellos.

Como muchas cosas vintage, Los Ternurines se han convertido en una sensación en redes sociales y las tendencias de compra en línea son un producto de la firma Epoch. Con casi 40 años de existencia, hay algunas figuritas que pueden llegar a valer hasta 11 mil pesos en las subastas de los coleccionistas.

Algunas figuras se han convertido en raros objetos de deseo para coleccionistas, evaluándose a precios altos en el mercado de segunda mano. La figura denominada "White Chocolate Rabbit", fue vendida en 700 dólares en una subasta en Ebay durante el año 2023. 

Asimismo, los Sylvanian Families son muy populares en plataformas digitales como TikTok, donde usuarios realizan parodias y cuentan historias utilizando estas figuras. En la Ciudad de México, los aficionados a los Ternurines tienen varias opciones para comprar estos preciados compañeros:

Tianguis de juguetes de Banderas

Fan Center de Eje Central, en el Centro Histórico de la CDMX.

Cong Cha Condesa

Jugueteria Eliacim, en el Centro Histórico.

El Mariachi Potosino: historia, identidad y política cultural en Chicago
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El Mariachi Potosino ayudó a consolidar la identidad mexicana en un momento de gran tensión política. 

Fotos cortesía de Archivo Emotivo

El Mariachi Potosino logró hacer una gran historia en la ciudad de Chicago. 

 

Este museo de Estados Unidos le rinde un homenaje a la historia de José Cruz Alba (1918-2002) y su viaje como inmigrante desde Durango a Chicago. Es una exposición llena de fotografías antiguas, videos, recortes de periódicos y entrevistas a familiares que muestran la trayectoria del Mariachi Potosino, que fue más que reconocido en Chicago. 

La mayor parte de lo que se escribe sobre la historia del Mariachi en Estados Unidos no reconoce a los estados del Medio Oeste y a ciudades como Chicago como centros importantes de actuación del Mariachi. Pero  viaje musical del Mariachi Potosino ayudó a establecer al género musical y al mismo tiempo reflejar el crecimiento de la identidad cultural mexicana en todo el país.   

El Mariachi Potosino se fundó en 1958 y terminó en 2019, siendo una parte integral de celebraciones familiares, eventos comunitarios, desfiles de la ciudad, protestas y reuniones políticas en las comunidades mexicanas de Chicago y más allá. De hecho, la música de este Mariachi se convirtió en un símbolo de identidad, un referente cultural inmediatamente y un puente hacia casa.

José Cruz Alba fue un músico y activista, que conoció a Richard Nixon, a miembros del Partido Pantera Negra, Richard J. Daley y Jane Byrne. Fue el director del Mariachi Potosino por más de 60 años, y tocó en todos los rincones de Chicago; además de dar serenatas y tocar en bodas, cumpleaños, bautizos y más celebraciones. 

Este Mariachi tenía seis mexicanos que tocaban en Chicago en la década de 1960. Llevaban sombreros, trajes de charros y ahora están en una galería del Museo Nacional de Arte Mexicano en Pilsen, Chicago. El Mariachi Potosino también estuvo presente en un mitin de JFK en 1960, tocaron para Robert Kennedy y muchas personalidades más. 

En los años 60 en Estados Unidos, ser mexico-americano no era nada fácil, ni mucho menos lo era ser obrero toda la semana y reinventarse como mariachis los fines de semana. Es por eso que el Mariachi Potosino fue una novedad en Chicago. Aparecieron en la televisión local, y tuvieron un éxito menor en la radio regional con una canción de amor con tintes de bolero. Aunque el resto de los miembros del mariachi iban y venían, José Cruz Alba siempre fue el director.

José Cruz Alba murió en 2002, varios años después de sufrir un derrame cerebral. Es por eso que el mariachi es homenajeado en el Museo Nacional de Arte Mexicano con un nombre bastante elegante: Mariachi Potosino: The Sound of Home (Mariachi Potosino: el sonido de casa). El Museo Nacional de Arte Mexicano, se encuentra en 1852 W. 19th St., Chicago. 

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