Arte y Cultura
La era del circo y el cinematógrafo en la Ciudad de México
Jaen Madrid
A 120 años de la llegada del cine a México, recordamos la época en que el circo y el cine permearon a la capital mexicana de un puñado de historias fantásticas donde todo lo pensado era posible.
circo y el cinematografo en la Ciudad de Mexico

A finales del siglo XIX y principios del XX, la Ciudad de México gozaba de muchas atracciones públicas que, entre otras cosas, figuraban como un elemento esencial de los espacios públicos destinados a la comunidad. 

Paseos dominicales y conciertos públicos en la Alameda, el teatro en sus modalidades públicas ?las plazas centrales? y privadas ?el Teatro de la Ciudad como el más emblemático?; la ópera, el hipódromo que entonces abarcaba un área de lo que hoy es la Condesa, la plaza de toros, el box y muy acentuadamente el circo y los shows de linterna mágica estereoscópica.

 

El arte circense 

Circo callejero mexicano / Foto: El Universal / Keystone-Mast Collection

Circo callejero mexicano / Foto: Keystone-Mast Collection para El Universal

Con el circo sucedió algo muy peculiar. Se trata de una rama de espectáculos bastante antigua. Se le atribuyen las primeras muestras arquitectónicas circenses a los romanos, mientras que, como empresa de espectáculos, se hacía en China, Egipto y Grecia hace unos dos mil años. Se dice que, en sus orígenes, el objetivo primordial del circo fue el de “trasladar al ser humano a un mundo de fantasía donde todo era posible”.

En el México prehispánico hubieron algunas artes que bien podrían relacionarse con el circo. Una de ellas ?la más primordial, pues se trata de una de las manifestaciones artísticas más antiguas concebidas por el hombre? fue la figura del acróbata. Encontramos en culturas como la Olmeca del preclásico medio, las curiosas estatuillas del “acróbata”, el xocuahpatollin o el arte de hacer malabares con los pies, los llamados matlanchines, que ejecutaban una danza acrobática compleja, según se dice, desafiando las leyes de la naturaleza y los llamados Voladores de Papantla como una manifestación ritualística de este fino arte.

La lista de artes performáticas de épocas prehispánicas es bastante rica. Y nos da una fugaz concepción de lo importante que era el rito para nuestra cultura milenaria, que a raíz de la danza y el teatro pudieron persistir y hacerse más fuertes con el sincretismo de la colonización. 

En el siglo XIX el circo era un referente importante en la calles de la ciudad. La mayoría de espectáculos de fantasía tenían un costo elevado, sin embargo el circo siempre estuvo al margen de cualquier persona ignorando la clase social. 

Richard Bell

El famoso Bellini / Foto: CC

Los primeros circos en llegar a la ciudad lo hicieron a través del barco de vapor y con la llegada del ferrocarril. El Circo Treviño fue la primer gran empresa de espectáculos en ofrecer sus servicios hacía 1897. Le siguió el Circo Orrin, quien fue en realidad el que popularizó esta práctica gracias a su gran Circo-Teatro que ofreció números insólitos, como el clown británico del payaso más famoso de México, Richard Bell, alias Bellini.

El Circo Orrín llegó a ser uno de los mejores circos del mundo. Trasladado de Estados Unidos a la Ciudad de México y después a distintas ciudades de la República Mexicana y Sudamérica, el Orrín fue la primer empresa en hacer llegar el espectáculo circense a todos los lugares posibles, orquestando, de alguna manera inevitable, la vida y profesión de los nómadas del espectáculo

En el circo se presentaban espectáculos de mímica que contaban historias clásicas, números de traga-fuegos, magos, cantantes y el mítico show de Bellini, que además contenía otros subespectáculos como el domador de leones, las gimnastas, ejercicios en el trapecio y el increíble show en piano de la elefanta Julieta. El circo levantó furor entre las masas. Se ganó especialmente al público mexicano. El encanto por el cine a su llegada era de esperarse. 

Fue en 1894 cuando Thomas Alva Edison le ocurrió grabar espectáculos circenses por medio de el novedoso Quinetoscopio ?un invento creado por su colaborador William Kennedy Laurie Dickson y patentado por el mismo Edison, por cierto un personaje que dedicó buena parte de su vida a patentar más de mil inventos que no fueron de su autoría total. Si bien el quinetoscopio no permitía proyectar las cintas, su sucesor el vitascopio ?patentado también por Edison?, fue construido mucho antes que el cinematógrafo y presentado en el Circo Orrín. Y he ahí la entrañable relación que derivó, después, entre el circo y el cine. 

 

La llegada del cine a Méxicoporfirio diaz caballo chapultepecPorfirio Díaz, el primer actor en la historia del cine de mexicano

A dos años de que Edison patentara su quinetoscopio, los hermanos Auguste y Louis Jean  Lumière, lanzan el cinematógrafo, una máquina capaz de grabar y proyectar escenarios en movimiento. No pasó más de un año y el cinematógrafo llegó a la Ciudad de México por medio de Porfirio Díaz. 

Los circos fueron la sede para presentar diversos rodajes. Se dice que, en un principio, algunas personas sorprendidas corrían asustadas al ver estas imágenes en movimiento que parecían tan reales. El cinematógrafo fue presentado al público en el sótano de la droguería Plateros, en el número 9 de la calle que lleva el mismo nombre y que actualmente es Madero. Paradójicamente este lugar unos años más tarde se convertiría en la primera sala de cine del país, el famoso Salón Rojo. Leer más…

circo y cinematografo mexico

El salón Rojo. Foto: Fundación Tosacano

A 120 años de la llegada del cine a México, específicamente el 14 de agosto 1896, queremos recordar con especial entusiasmo cómo es que se ha desarrollado este séptimo arte en el país. Qué géneros han producido la mayor cantidad de películas mexicanas en diversas épocas, cuáles han brillado por sus inesperadas historias y qué otras más han sido poco famosas más sin embargo consideradas de culto en la historia del cine. Hoy en día es difícil criticar si se hace o no un buen cine en México. Por ahora solo nos queda hacer más cine. Y apoyar rotundamente lo que nuevos cineastas se encuentran proyectando a nivel nacional.

/ Fuentes de consulta: 

Leal Juan Felipe, Barraza Eduardo, “1900: Tercera parte. El circo y el cinematógrafo: Anales del Cine en México, 1895-1911”, Juan Pablos editor.S.A, México 2009.

Acrobacia prehispánica / texto del Instituto  Nacional de Antropología e Historia

Jorge Monroy, el pintor que plasmó a Guadalajara con hermosas acuarelas 
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Jorge Monroy tiene una gran colección de acuarelas de los destinos más hermosos de Guadalajara. 

Fotos cortesía de Jorge Monroy Arte

Jorge Monroy ha registrado dejado un gran registro con tinta y papel de Guadalajara. 

 

El artista Jorge Monroy afirma que tiene un catálogo de 250 acuarelas de Jalisco, porque parte de su intención como artista es hacer que todas las personas conozcan los rincones más lindos de esta maravillosa ciudad.  

En 1976, el periódico tapatío El Informador le pidió que cada semana entregara una acuarela con una condición: paisajes de Jalisco, en su mayoría, con lugares cercanos a la entidad. Por supuesto, para Monroy estoy fue como ganarse la lotería, ya que se combinaron sus pasiones de pintar y viajar, además de que le recibió un sueldo por hacerlo.

Después de 44 años de publicar ininterrumpidamente, cada domingo una acuarela, cuando el suplemento cultural llamado Pasaporte mostró 2 mil acuarelas del artista, de las cuales alrededor de 250 eran de lugares Jalisco. Dichas acuarelas hoy forman parte del acervo de la Fundación Carlos Álvarez del Castillo; sin embargo, el autor posee algunas copias.

Monroy es un acuarelista nacido en 1951, en Morelia, Michoacán, pero radicado en Guadalajara. Se inició en el arte, con el dibujo y la pintura y en 1968, ingresó a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, siendo sus maestros Tomás Coffen, Francisco Rodríguez Caracalla, Jorge Martínez y sobre todo, Alfonso de Lara Gallardo, bajo cuya guía y apoyo habría de descubrir ese género de expresión estética pleno de luminosidad y transparencia que es la Acuarela. 

Para Monroy, la acuarela es la forma de expresión estética más afín a sus virtudes técnicas, y de hecho, es uno de sus más fieles exponentes. Es un pintor que dedicado, con una trayectoria de más de cincuenta exposiciones individuales, tanto en la República Mexicana, como en Estados Unidos, Sudamérica, Inglaterra y Bélgica. 

Asimismo,  este artista ha participado en innumerables exposiciones colectivas en nuestro Estado, en nuestro País y en el extranjero. Sus acuarelas se han venido imprimiendo con regularidad durante los últimos cuarenta años en diferentes suplementos del diario El Informador de Guadalajara. Sus pinturas y dibujos han ilustrado diversos carteles, revistas y varios libros de temas literarios. 

También ha publicado “Portafolios” con reproducciones de sus mejores obras sobre los aspectos más atractivos y de mayor tradición de la ciudad de Guadalajara y otros lugares. En los últimos años, ha pintado varios murales en la Cámara de Comercio, en la Zona Arqueológica de Guachimontones en 2012 y más tarde en el Hospital Civil y en Centro Universitario de Ciencias de la Salud en año 2015.

 

Las artesanías piratas son un gran daño para la cultura mexicana
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La piratería, los plagios e imitaciones suelen hacer que la verdadera tradición artesanal y la cultura de México desaparezca. 

Fotos cortesía de Galería Estilo Mexicano

La piratería de artesanías mexicanas tiene un impacto enorme en las comunidades indígenas del país. 

 

Desde hace varios años se han tratado de combatir los miles de plagios, apropiaciones, imitaciones y piratería que ha sufrido el arte popular mexicano. Ningún estado mexicano se salva de algún plagio o de la piratería, ni las esculturas de Metepec, ni los bordados de Tenango, el barro negro de Oaxaca, ni las muñecas mazahuas o la talavera de Puebla.

Lo peor de todo es que los artesanos mexicanos son los que padecen más esta situación; ya sea porque hoy en día el mercado está repleto de artesanías Made in China, imitaciones de tianguis o incluso porque los diseños son plagiados  -sobre todo excesivamente en el pasado- por diseñadores que más tarde venden sus artículos en tiendas de lujo. 

A esto hay qué añadir que los artesanos no tienen piezas registradas como propiedad intelectual, derechos de autor, ni existen suficientes defensores de arte popular para tener una protección del patrimonio artesanal mexicano; sin mencionar otras tantas complicaciones que hay detrás de esto.

Asimismo, la piratería atenta contra la tradición artesanal y la cultura de México, y tiene un impacto económico sumamente grande, valorado por la Cámara Americana de Comercio (AMCHAM) en 69 millones de pesos. 

Al respecto, Esperanza Ortega Azar, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), advirtió que la delincuencia organizada moviliza más de 10 mil millones de pesos de productos de contrabando anualmente en México. La artesanía no está exenta de esta realidad. De acuerdo con la estimación más reciente, el trabajo de más de 11 millones de artesanos se ve afectada cada año, advirtieron.

Tan solo esta práctica ilegal supuso 69 millones de dólares hace una década, lo que representa 60 por ciento de las ventas totales, de acuerdo con la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco).

Aunque la feria de artesanías Manos del Mundo forma a los artesanos mexicanos para que, a través del derecho de autor, protejan sus creaciones. Reconoce que actualmente hay vacíos legales. Un problema socava los cimientos de una industria centenaria: la piratería. 

"Desde el delicado trabajo de los canteros de Michoacán hasta las creaciones de los artesanos wixárikas en Nayarit, la piratería ha surgido como una amenaza que pone en riesgo no solo la subsistencia de los creadores, sino también la preservación de una parte fundamental de la identidad cultural del país", afirmó la AmCham de Estados Unidos.

Para eliminar la piratería, recuerda que los artículos industrializados se ven mucho mejor confeccionados, son exactamente igual entre sí, y es posible distinguirlos, sobre todo, por su valor muy económico.

Pero toma en cuenta que al fomentar el consumo de artículos piratas, los artesanos quedan desplazados por la industria que elabora piezas de forma masiva, barata y de rápida elaboración y consumo. No permitamos que se pierdan las artesanías de nuestros pueblos, ya que son un sello que distingue a nuestro país, la identidad y cultura.

Artesanos mexicanos fusionan arte, cultura y tradición para Adidas
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La belleza de la artesanía mexicana, el arte tradicional y el deporte contemporáneo se unen en esta campaña global.

Fotos cortesía de Adidas Mx

Conoce esta campaña con artesanos mexicanos que combina arte, deportes y cultura en lienzos únicos.

 

Desde hace algunos años, Adidas ha lanzado algunos productos de inspiración mexicana, como sus tenis con características y diseño de la talavera mexicana. Esta ocasión lanzó otra fusión entre cultura y deportes, en donde los artesanos mexicanos tienen un papel relevante para crear piezas que celebran los juegos tradicionales latinoamericanos como los deportes modernos. 

Esta colaboración única, realizada por Pentagono Art, que involucra a artesanos de Puebla, Michoacán y Oaxaca para darle vida a dos series de balones de fútbol esculpidos y tapices de lana tejida.

La serie de tapices de lana con pigmentos naturales, que fusiona la maestría artesanal mexicana con el mundo del deporte. Cada obra se despliega como una ventana abstracta a varios campos deportivos como fútbol, ??baloncesto, tenis y atletismo. La fusión de las emociones efervescentes vividas en los campos de juego se entrelaza con la pasión histórica imbuida en cada hilo.

Las alfombras son testimonios de la creatividad humana al crear historias combinando arte, deportes y cultura en un lienzo único. Los momentos efímeros se transforman en recuerdos perdurables a medida que se tejen en el tejido de la tradición.

Por otra parte, están los balones de fútbol hechos a mano, que hacen honor a los antiguos juegos de pelota azteca. Para hacer los balones, los artesanos utilizaron cuatro técnicas tradicionales, incluido el Barro Negro brillante y la Talavera ricamente detallada, incrustando en cada bola símbolos que narran historias de los deportes y la cultura aztecas, centrados en el icónico logotipo de Adidas.

Los tapices y los balones de fútbol son algo más que decorativos. Son un testimonio del rico patrimonio cultural de México y sus técnicas artesanales eternas. Al combinar lo antiguo con lo nuevo, estos artesanos preservan sus tradiciones y conectan con la cultura deportiva contemporánea, haciendo una poderosa declaración sobre la identidad y el patrimonio.

Esta colaboración resalta la belleza de la artesanía mexicana, fortalece los vínculos entre el arte tradicional y marcas globales, mostrando cómo las tradiciones locales pueden desempeñar un papel importante en los contextos modernos.

Carlos Cortéz Koyokuikatl: el artista chicano más importantes de Chicago
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Carlos Cortéz Koyokuikatl fue un artista multidisciplinario que ayudó a darle voz al arte chicano y activista. 

Fotos cortesía de National Museum of Mexican Arte

Carlos Cortéz Koyokuikatl fue un grabador y gran activista en los Estados Unidos.

 

Carlos Cortez fue un artista multidisciplinario dedicado a la poesía, grabado, fotografía, música, e incluso fue un muralista y activista político, miembro de la liga de Trabajadores Industriales del Mundo. Es un artista poco conocido en México, ya que nació en Milwaukee, Wisconsin siendo hijo de "un indio de pura sangre de México" y una madre socialista y pacifista alemana.

Además, este artista aprendió inglés, algo de alemán de su madre, pero nunca llegó a dominar la lengua de su padre; aunque en la posguerra trabajo como lavaplatos, albañil, empleado de tienda y peón en varias fábricas; hasta que se dedicó al arte como pintor autodidacta y alrededor de 1948 comenzó a enviar dibujos al Industrial Worker y a contribuir con historias ocasionales.

En los años 50 aprendió el medio por el que se haría más famoso: grabado. En la Industrial Worker tenía recursos limitados para convertir sus bocetos en planchas grabadas para usar en las prensas planas que producían el papel. Cortez notó que algunos colaboradores enviaban bloques de linóleo cortados que podían usarse directamente en la prensa. No le llevó mucho tiempo dominar las técnicas de creación de grabados en linóleo. Pero pronto, casi todas las ediciones del periódico incluyeron al menos una nueva impresión suya.

Con esto descubrió que los bloques de linóleo eran un elemento básico del arte de la Revolución Mexicana,  así que estudió y adoptó las técnicas y temas de artistas como José Guadalupe Posada, mezclándolos con los grabados de la socialista y expresionista alemana Käthe Kollwitz.

Cortés se identificó cada vez más con su herencia mexicana, india y campesina. A mediados de los años 60, ya tenía una larga carrera como ilustrador, escribía artículos, poemas y columnas, además de que aprendió a hacer bloques de impresión con casi cualquier trozo de madera desechado para mejorar su grabado.

Un amigo griego de Carlos, le dijo que debía conocer a su hermana en Grecia. De hecho, mantuvieron correspondencia varios años, ahorró dinero, dejó su trabajo y cruzó el océano como pasajero en un carguero para conocer a Marianna Drogitis, de la que se enamoró y se comunicaban con gestos y pocas palabras de alemán que tenían en común. Regresaron a EU en otro carguero, se casaron y se establecieron en Chicago en 1965. Marianna fue la modelo para sus xilografías, incluidos desnudos amorosos y voluptuosos.

En esa época fue cuando hizo más carteles sobre la Revolución Mexicana, en papel de la carnicería y se negó a firmar o numerar impresiones. De hecho, cuando sus carteles comenzaron a atraer la atención del mundo del arte comercial, hizo saber que si alguna vez comenzaban a venderse a precios inflados, imprimiría más para mantener el costo bajo. Incluso lo hizo como una disposición en su testamento para aquellos que tomaran posesión de sus bloques.

Asimismo, Carlos fue un mentor de una nueva generación de artistas. En 1975 ayudó a fundar el Movimiento Artístico Chicano, una de las primeras organizaciones de artistas latinos en la ciudad, además de que ayudó a fomentar el renacimiento del movimiento muralista en los Estados Unidos. También se convirtió en uno de los primeros patrocinadores del Museo Centro Mexicano de Bellas Artes, que se convirtió en el depósito de muchas de sus obras y tiene la colección más grande de su extensa producción en el mundo.  

En los años 80, se dedicó a la poesía, hacía lecturas ocasionales en cafés, librerías radicales y escribió la introducción o contribuyó en varios libros. En sus últimos años, el trabajo de Carlos fue ganando reconocimiento internacional. Ilustró la novela Brassero de Eugene Nelson. Sus grabados aparecieron en varias exposiciones itinerantes y se agregaron a varias colecciones permanentes e incluso hubo algunas exposiciones retrospectivas de su obra en el Museo Palacio de Bellas Artes.

Carlos quedó devastado cuando su amada Marianna murió en 2001. El 17 de enero de 2005 Carlos falleció rodeado de amigos y escuchando música 

272 tesoros olmecas llegan el Museo Pointe-à-Callière, de Canadá
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La exhibición de Los Olmecas estará acompañará de un catálogo y un programa de conferencias, en el Museo con la mayor vocación histórica de Montreal.

Fotos cortesía de INAH

Los Olmecas llegan al espacio arqueológico más grande de Canadá.

 

El Museo Pointe-à-Callière de Arqueología e Historia, de Canadá, estará presentanto una diversidad de piezas mexicanas, en la exposición Olmecas y las civilizaciones del Golfo de México, con el fin de celebrar la cultura y tradiciones mexicanas en el Vieux Montreal, el corazón antiguo de la ciudad cosmopolita.

Esta exhibición destaca las maravillas del México antiguo, en uno de los museos más espectaculares de Canadá, para que todos conozcan y se maravillen con las culturas mexicanas ancestrales. Se trata de un montaje que ilustra un panorama civilizatorio de más de 3 mil años, y plantear preguntas e imaginar cómo era la vida de esos hombres y mujeres que habitaron en la costa atlántica de México.

La directora ejecutiva del Museo Pointe-à-Callière, Anne Elisabeth Thibault, destacó en un boletín de prensa, que la emoción palpable en todos los colaboradores del recinto a su cargo, por recibir temporalmente los 272 objetos patrimoniales que integran a la muestra, cada uno de los cuales es testigo de la grandeza de múltiples civilizaciones de raíz olmeca.

"La colaboración entre nuestras instituciones es testimonio del compromiso compartido por promover el entendimiento intercultural, por ello, agradecemos a todos los que han hecho posible este esfuerzo. Su contribución creará, sin duda, experiencias enriquecedoras e inolvidables para nuestros conciudadanos y visitantes", expresó la Directora del Museo.

Asimismo, a dicho país del norte llegaron piezas arqueológicas y objetos etnográficos que narran parte de la historia y evolución de la cultura olmeca; que se mantiene viva en los pueblos huastecos, nahuas, totonacos, zoques y otomíes de nuestro país.

Además, se preparó un programa de actividades con recorridos guiados, conferencias y una publicación especial, realizada en colaboración con la revista Beaux-Arts, dedicada a la exposición y en la cual se ofrecerán contenidos complementarios a la misma.

Los artistas mexicanos Erick Meyenberg y Tania Ragasol presentes en la Bienal de Venecia 2024
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Los artistas visuales Erick Meyenberg y Tania Ragasol llevan su exposición al Pabellón de México, en el Antiguo Complejo Naval y Militar Arsenale di Venezia, Italia

Fotos cortesía de Erick Meyenberg

El artista visual Erick Meyenberg y Tania Ragasol, abordan  la migración y la identidad cultural.

 

El artista Erick Meyenberg representa a México en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia con una extraordinaria videoinstalación llamada Nos marchábamos, regresábamos siempre, con la curaduría de la gestora independiente de arte contemporáneo Tania Ragasol.

Esta intervención estará disponible hasta el 24 de noviembre de 2024 en el Pabellón México en la Bienal de Venecia, en Venezia, Italia, y entabla un diálogo con más de 87 pabellones de 87 países.

Erick Meyenberg plantea un dilema fundamental con su obra, en donde parece que todos somos extranjeros donde quiera. La obra exhibe que la condición de extranjería se puede estar viviendo aun no habiendo emigrado a otro país; no sabiendo si la pertenencia en realidad está fijada por la historia, los afectos o los tránsitos que hoy en día la movilidad humana plantea. No es la geografía, la historia o el lenguaje lo que define esas construcciones, sino una realidad en la que nos movemos permanentemente.

No obstante, México ha recibido personas que han tenido que dejar sus raíces o sus orígenes por guerras, por dictaduras, por desastres ambientales o solo porque se enamoran de un país tan diverso. La poética transdisciplinar de Meyenberg, que va de lo visual al lenguaje del movimiento, que transita por las emociones y los afectos de todas las personas que nos vemos reflejadas en una mesa.

El artista creó cerámica para poder desfigurar y transfigurar esas emociones que significan en una mesa compartir los dilemas, las nostalgias, las promesas incumplidas, los sueños, los compromisos; es ahí donde México se enriquece con esta obra poética de Meyenberg y de Tania Ragasol.

Esta propuesta artística habla de la hospitalidad, reconocer que todo proceso migratorio tiene muchas capas de dolor y de pérdida, pero ante una mesa se pueden crear lazos profundos de humanidad, es en donde caben todos esos gestos casi ancestrales, primigenios, que más allá de fronteras y de nacionalidades, nos pueden unir a todos como seres humanos y en donde podemos proyectarnos. Por eso en la videoinstalación hay una mesa blanca, una especie de pantalla en donde cada uno puede proyectar sus memorias.

El trabajo de Tania Ragasol evoca de una manera poética tanto el trayecto de quien migra, de una familia de migrantes, como la posibilidad de un momento, aunque sea un instante, de pertenencia alrededor de una mesa. Es un tributo a aquellos que están por llegar a una nueva realidad de vida, es una invitación a apreciar aquello que nos parece extraño para imaginar conexiones a partir de las maneras más íntimas que tenemos en común todos los seres humanos, como puede ser un beso, un guiño, una caricia, como eso vital que nos une más allá de fronteras, coordenadas, límites.

Sin duda una videoinstalación que nos hace mirar el tema del encuentro, siendo Extranjeros por todas partes. Además, es una exposición representativa de la práctica de un artista mexicano de ascendencia alemana y libanesa, que sabe bien sobre la condición dual y en construcción identitaria del migrante como extranjero, en su tierra y fuera de ella, cuantas veces intente recuperarla. Es una instalación con esculturas de cerámica que combinan elementos de México, Italia y Albania, reflexiona profundamente sobre temas como la migración, la búsqueda de pertenencia y la perenne condición humana de buscar raíces en un mundo transitorio. 

David-Hanes González, fotos de la cultura del boxeo en los barrios de la Ciudad de México
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Las fotografías de David Hanes-González documentan la lucha diaria de los boxeadores en los barrios de la CDMX. 

Fotos cortesía de davidmfoto

David Hanes-González retrató el box que se viven en los barrios de la CDMX.

 

David-Hanes González es un mexico-americano que llegó a nuestro país con el fin de conectarse con sus raíces mexicanas, en particular con el boxeo mexicano. Fue cuando descubrió el increíble impacto que tiene México en el box, cuando se propuso crear un proyecto en torno a esta cultura. 

Así se cargó de su cámara, y un proyecto que era de dos semanas se convirtió en todo un proceso de dos años, con el fin de crear una conexión mucho más profunda con el país de origen de su familia. Este fotógrafo nacido en Chicago llegó a vivir a México en la pandemia y con muy poco conocimiento de español.

Para Hanes-González el estilo del boxeo mexicano es un reflejo del carácter nacional. En realidad llevó a cabo un proyecto fotográfico bastante interesante. Se trata de fotografías en blanco y negro, pero no son las clásicas fotos de Canelo, o De la Hoy en el ring. Se trata delos combates de la vida diaria, de los barrios y las comunidades capitalinas. 

Y es que para muchos amateurs que comienzan en el mundo del boxeo en la Ciudad de México, es una salida única, disciplinada y dedicada para lograr subirse al ring y tener una mejor consciencia de su futuro. Se trata de un proyecto fotográfico de comunidad, evitar los clichés y registrar con su cámara algunos de los gimnasios de box, en lugares como La Merced, Tepito, la Guerrero, Tacubaya, el pueblo de Santa Fe, en la capital, y en municipios del estado de México.

Una de las imágenes favoritas que han marcado a este fotógrafo, es la del boxeador Salvador Pelón Juárez, quien aparece frente a una cruz en uno de los cerros del municipio mexiquense de Chimalhuacán

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